¿ A dónde iba antes el dinero que reparte Amlo ?

una millonaria campaña financian los gobiernos morenistas para convencer a los ciudadanos de los nulos resultados de la 4T, no atienden petición del INE.
- en Foro libre

Por Inocencio Yáñez Vicencio.

14 de Marzo del 2022.- Como no acostumbro empezar por las conclusiones voy a permitirme unas reflexiones previas. La traición no es nueva. Y no me refiero al uso que le da a este concepto D. Jeambar E Y. Roucate, en su opúsculo Elogio a la traición. No. Se trata del uso que comúnmente le damos. Como nos habla la historia de Alcibíades, uno de los tres generales griegos que invadieron Sicilia, que poco después del desembarco, fue emplazado a regresar a casa, para encarar un juicio de conspiración al encontrar que estaba involucrado en un plan para derribar el régimen democrático. Como es del dominio, en lugar de volver a su patria, marchó al exilio y posteriormente se unió con el enemigo: Esparta. En plena crisis, dada su capacidad, tiempo después fue restituido. Paradójico, pero casi siempre los historiadores que tratan el tema de la traición parten de este personaje. Así que nada de raro tiene que nos encontremos con figuras privadas y públicas que traicionen la actividad o profesión que eligieron o tienen encomendada, faltando a la ética de esa actividad o profesión.

Quienes se desvían de la política cometen un acto de traición. La política tiene sus razones de ser. No se pueden alterar sin desnaturalizarla. Si la política nace de la diferencia, negarla es desconocer su función que es encauzar la diferencia, es legitimar la lucha de contrarios. Puede abanderarse el fin de las diferencias sociales como un ideal, en el entendido que de llegar a darse sería el fin de la política, por eso los marxistas son sinceros al sostener que la supresión de las clases sociales representa el fin de la política al sustituirse la administración de los hombres por la administración de las cosas. El problema es que los marxistas nunca han pasado de decretar la abolición de clases, pero no fácticamente.
Cuando leo que Moses I. Finley, en un libro que copila tres conferencias suyas titulado El nacimiento de la política, donde aborda su origen a través de los tiempos y la lucha social, pero no conceptualmente, se pregunta: ¿ Por qué en la antigüedad fue necesario » destruir» a los adversarios políticos y no sus posturas políticamente? Mas adelante nos dice que: el modo más efectivo de conseguir el poder era arruinar a los rivales, mediante la calumnia moral, los castigos financieros..

( Página 156 ). Esta pregunta y relatoría no la hace cualquiera. Es una de las más grandes autoridades sobre la historia de la Grecia clásica y la Roma antigua, que tuvo el honor de que este texto fuera traducido en un par de años a doce idiomas. No podemos más que reconocer que no es nuevo traspasar fácilmente los límites de la política, dado que como en otros trabajos lo he enfatizado, la política termina donde comienza la guerra civil, declarada o no, donde empieza la intolerancia, la persecución y el exterminio del contagio.

Cuando Amlo, se dedica no a combatir políticamente a sus adversarios sino a tratar de degradarlos en sus mañaneras, difamar a todos sus críticos, perseguir a los empresarios que no cooperaron con su campaña, enviarle la policía fiscal a los que no militen en Morena, utilizar el crimen organizado para secuestrar la estructura electoral de sus contrincantes en plenas elecciones, llevar a cabo entregas personales de recursos a la ciudadanía para comprar votos, transferir recursos de guarderías, escuelas de tiempo completo, fideicomisos, ahorros fiscales, subejercicios presupuestarios…para programas fraudulentos, abandona la política y entra en terreno de la anti política.

Con estos prolegómenos es muy fácil responder la pregunta que nos sirve de rótulo. Los presidentes que antecedieron a Amlo, el dinero del presupuesto lo utilizaron para construir un sistema de escuelas primarias, secundarias, preparatorias, vocacionales, normales, tecnológicos, la ciudad universitaria, las ENEP, los CCH, los institutos de investigación, las universidades estatales, la UAM, el Instituto de Antropología e Historia, el Conservatorio Nacional de Música, el Fondo de Cultura Económica, el CONACYT, el libro de texto gratuito, el Instituto Nacional de Nutrición, el Instituto Nacional de Cardiología, el Instituto Nacional de Cancerología, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, Hospitales Regionales, clínicas, centros de salud, guarderías, Seguro Popular, Coplamar, procampo… Becas para todos los niveles que se otorgaban para estimular el aprovechamiento, no la vagancia, sin ellas, quien esto escribe no hubiera realizado mis estudios profesionales, programas masivos de vivienda, INFONAVIT, FONAPO, FONACOT, FOVISSSTE, ISSSTE, IMSS, FONATUR, centros turísticos de nivel mundial, carreteras, autopistas, sistemas de comunicaciones, electrificaron el 95 por ciento de los hogares, garantizaron el suministro energético, elevaron las expectativas de vida hasta más de 75 años, lo cual se logra mejorando la alimentación, la salud y la recreación, sin lo cual el pueblo mexicano estaría peor que Haití. Es decir, si todos los presidentes hubieran hecho lo mismo que Amlo, no tendríamos nada, porque ya pasa la mitad de su mandato y no ha construido ni una sola universidad de las 100 que prometió. Los presidentes no tienen una maquinita para hacer dinero. El dinero refleja lo que producimos y si Amlo sigue ahuyentando la inversión y su gobierno en lugar de invertirlo en infraestructura, se empeña en regalarlo para que voten por Morena y prefiere aliarse con el narco que con los sectores productivos, lleva a este país a una crisis , que tardaremos décadas en recuperar.

Es probable que halla quienes por una migaja o un sueldo callen el saqueo que realizan los hijos de Amlo y sus secuaces, pero la mayoría de este pueblo que fue engañado y defraudado, comienza a despertar y darse cuenta que las limosnas que recibe de Morena, no le servirán para en un futuro muy próximo recuperar lo que tenía, que no era suficiente, pero que iba en progreso y por eso no sólo debemos seguir denunciando las sinvergüenzadas de Amlo sino que ni siquiera debemos permitir distractores en este empeño. Hacer nuestro cualquier distractor para enfriar las denuncias de corrupción de la realeza morenista tan siquiera que nos lleven a voltear a otro lado, es hacerle el juego a Amlo, para que recupere popularidad y continúe destruyendo nuestras instituciones.

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