Veracruz,, Ver a 2 de Junio.- ( Agencias) Un grupo delincuentes juveniles, adictos a diversas drogas, se han convertido en el dolor de cabeza de los pobladores de Vargas, Veracruz, pueblo a donde se va instalar la inversión millonaria de la cervecera Constellation Brands, y hay temor que los actos de pillaje de este grupo de bandidos incremente y afecte las inversiones que generarán miles de empleos en la región, o peor aún, que lastimen a una mujer, tal como pasó en Cardel, con el caso de Viridiana Moreno Vázquez.
Este grupo de pillos, todos menores de 30 años, mantienen asolado el pueblo que ha asaltado a la fama en los últimos días por que recibirá la inversión millonaria, del sector privado, más importante para Veracruz en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y no hay quien los pare.
Gente de esa comunidad, se han contactado con la redacción para señalar a sus integrantes, y sobre todo, para solicitar al gobierno de Veracruz, por medio de la Secretaría de Seguridad Pública, que los persiga hasta que se marchen del pueblo pues ni sus familias los pueden controlar y ya son un problema social muy fuerte.
Además, las familias afectadas denuncian que ya son muchos sus actos de pillaje, todo con la finalidad de comprar drogas al menudeo que consiguen en diversos puntos de venta donde la compran después de vender lo que le roban a todas las personas de Vargas.
Han llegado al grado de que se roban mascotas, como loros, perros, gatos, pollos, se roban puercos, hamacas, carretillas, herramientas, bicicletas, todo lo que las familias dejen en sus patios está a merced de este grupo de bandidos.
En el pueblo comentan que dada su adicción a las drogas, no les importa robarle a la gente, todo lo hacen de noche, que es cuando se van a caminar por las calles de Vargas a ver que encuentran mal parado para llevarse. Ya son muchos los casos en donde las personas afectadas van a sus casas y ahí recuperan lo robado, y a pesar de que le llaman a la patrulla que siempre está en el poblado vecino de Delfino Victoria, los oficiales siempre llegan una hora después y cuando los tienen a la vista, no los detienen.
Por eso el grupo de bandidos ha agarrado mucha fuerza y valor, por la impunidad que los respalda, ya que ni el agente municipal que acaba de llegar a Delfino Víctoria, Julio Marcial Tadeo, no hace nada al respecto por lo que hay fundadas sospechas de que tal vez los proteja, tal como lo hacía el anterior agente, Eduardo Zapata, quien era afín a convivir con estos pillos.
La gente del pueblo cuenta que, por ejemplo, se robaron toda la línea de cableado que fue instalada por ejidatarios que tenían el proyecto de instalar electricidad en un pozo profundo que hay en el ejido.
De a poco, se la fueron robando para llevar ese cobre a comerciar a Delfino Victoria y a Tejería, donde contaron con el apoyo de mototaxis y taxis locales que a pesar de que sabían que era robado, se prestaron a los delitos de la banda, las autoridades también ya saben que moto taxis y que taxis usan para moverse.
Después de llevarse los calles del ejido, la han emprendido con las mascotas, buscan perros de raza que puedan vender en Santa Fe para tener recurso para comprar la droga que los trae locos.
Igualmente están relacionados con el robo de ganado, caballos, vacas, cerdos, y toda clase de animal que puedan vender o sacrificar para el consumo humano.
Se les ha visto andar por los corrales de los ejidos por la noches en busca de presas fáciles que vender.
El temor de la gente en Vargas, es que un día de estos, alguna persona, cansada de sus robos, la emprenda contra ellos y haga justicia por mano propia, y ahí, sí, las autoridades iban a actuar para detener al agresor de la bola de bandidos.
Por lo que la gente ha solicitado a esta redacción ventilar los nombres y datos de este grupo de sujetos que incluso, hay numerosas fotos de sus robos en redes sociales, pues los afectados ya se han cansado de tomarles fotos cuando van con lo robado y denunciarlo en Facebook, pues la autoridad no toma cartas en el asunto, y estos pillos se fortalecen.
Los pobladores solicitan que se intervenga antes de que lastimen a una muchacha o la maten, pues ya se sabe de casos en donde los tipos, conocidos como La Bandita de Ramocito o Los Roba Perros, han intentado acercarse a chicas vulnerables en el pueblo, pero han sido defendidas por sus familiares.
Los integrantes de la banda son Damian Mora Peña, alias El Jeringas, vive en Calle Tajín, casi Mitlán; Ramón Arzaba Martínez, alias El Cuate, vive en calle Cholula, entre Calendario Azteca y Tulum; Alfredo de Jesús Ortiz Criollo, El Chicho, domiciliado en Tulum sin número, casi Mayapan; y Elías Ernesto Résendiz Sánchez, vive en Cholula entre Filobobos y Tlatelolco, alias El Elías.
Los cuatro son desempleados, adictos a las drogas, y con constantes señalamientos de afectados por sus robos ante la policía, pero la gente ya está decepcionada pues nadie los mete en cintura, siguen robando y saqueando, los pobladores no pueden hacer su vida en paz pues se llevan hasta la hamaca que se usa para dormir.
Lo anterior ante la indiferencia del gobierno de Cuitláhuac García que prácticamente no se ha metido a desarticular a las bandas que operan toda clase de delincuencia en Vargas y otras zonas del municipio de Veracruz y zona conurbada.
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