La tentación golpista. Inocencio Yáñez Vicencio.

primera marcha en defensa del INE. Foto Radio Fórmula
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La inclinación por la fuerza bruta no es nueva. El problema es que nadie gobierna por la pura fuerza. Así como el mando más persuasivo necesita en un momento de anormalidad o de crisis de la fuerza, el poder más represor tiende a estabilizarse y hacer uso de ideas para buscar ser aceptado con verdades o mentiras.

Sin embargo la irrupción de la fuerza bruta es un fenómeno recurrente a través de la historia en todas las relaciones de mando y obediencia. Someter a la fuerza no significa que desaparezca. La fuerza siempre está al acecho.

En la Grecia Clásica, cuando Solón fue electo arconte ( 592 antes de Cristo ), con plenos poderes para establecer una nueva Constitución, se llevaron a cabo reformas para que el dinero desplazara a la sangre, se terminara la esclavitud por deudas, no hubiera más prisión por deudas, prohibió la venta de esclavos, decretó un desgravamen parcial… abriendo las puertas a un futuro mejor.

No obstante no dejó contentos ni a los de abajo ni a los de arriba, por lo que al retirarse viene un vacío que es aprovechado por lo que yo llamo el primer populista de la historia: Pisístrato, que después de intentar apoderarse del poder mediante martirilogios truculentos, instala una tiranía.

¿ Qué es un tirano ? Robert Cohen, lo define así: un aventurero que se impone por la astucia o la violencia, y se ofrece a la muchedumbre para salvarla de la dominación de los que explotan su debilidad. El tirano puede gobernar con terror o dulzura. Pisístrato ha pasado a la historia por ser benevolente y costructor.

Sus hijos legítimos Hipias e Hiparco, continúan la obra de su padre hasta que los amoríos de Hiparco con su efebo , lo llevan a la muerte y entonces Hipias, desata la represión, precipitándose así 50 años de tiranía. Después de un destierro regresa Clístenes (508/7 ) para fundar un régimen, basado en el autogobierno, conocido como democracia.

En la parte de decadencia del régimen democrático, después de dos irrupciones tiránicas, la de los 30 y la de los 40, reflexionaron sobre la recurrencia de la fuerza.

Hay que partir de que la democracia surgió sin ninguna teoría. Tanto Platón como Aristóteles, reaccionaron contra la tesis de Trasímaco ( sofista conocido en Atenas desde el año 427 antes de Cristo ). La respuesta a la pregunta ¿ Cuál es la mejor ciudad o sociedad?

Según el sofista es la que realmente existe, en ella, no hay que engañarse, rige la ley del más fuerte. Respuesta que podríamos encontrar en los escritos o la voz de los representantes actuales de la ciencia política norteamericanas, que idealizan su realidad.

Dice Salvador Rus Rufino: Esta respuesta supone aceptar el actual estado de cosas como el único posible. Dicho con otras palabras, la sociedad es mala, el mal arrasa la ciudad. Por tanto, en rigor, Trasímaco no hace filosofía política, sencillamente busca actuando su propio provecho porque para él la única lógica válida es la lucha por el poder y después justifica su conducta.

Estas observaciones las hace Platón también en Georgias en labios de otro personaje, Calicles. No está en discusión si Calicles, fue un personaje real o no. Se decanta por la primacía a lo natural entendido como el dominio del fuerte sobre el débil, la abolición de las normas legales y la supresión de la filosofía. Ambicioso, temerario, desmedido y desprecia la democracia. Trasímaco y Calicles expresan de manera diferente la conducta que obedece la lógica del egoísmo, del poder sin límites y de la fuerza incontrolada.

Estas lecturas nos enseñan que es ingenuo pensar que los partidarios de la fuerza son vencidos definitivamente o que actúan igual en épocas de normalidad y de crisis. No cabe la teoría del péndulo, porque ni la fuerza ni la política tienen ciclos, como pudiera tenerlos la agricultura, la economía…

Los últimos acontecimientos han demostrado que las tesis del fin de las ideologías, el fin de la historia o la teoría de las revelaciones del marxismo, necesitan una revisada.

Quienes rechazamos el realismo, porque creemos que los pueblos tienen derecho a trazarse un modelo de Estado más libre, más igualitario y más justo que el actual, le apostamos a la política, como legitimación de la diferencia y la lucha del poder en el derecho y la paz, frente al atajo y la fuerza desbocada.

Para nosotros la democracia es sustantiva o no es democracia, sin embargo, cancelar su nivel instrumental es cancelar la vía civilizada, reglada, pacífica de resolver las contradicciones de la sociedad. No, circunscribir la democracia al relevo de nuestros gobernantes es mutilarla y una trampa para quienes creemos que la fuerza no es el único camino para el cambio estructural.

Los grandes capitales siempre han querido limitar la democracia a la alternancia de partidos que no pretendan cambiar el sistema dominante económicamente. Ese es su ideal. Pero si la democracia sólo sirviera para cambiar los hombres que gobierman, estaríamos condenando a los grupos y clases que no aceptan su miseria y pobreza como destino, a que lo hagan por la vía de la fuerza revolucionaria.

En estos momentos llamamos a todos los hombres y mujeres que creen que debemos retomar el camino que legitima y legaliza la lucha de contrarios de manera reglada, equitativa y pacifica, a defender el INE y el TRIFE, porque la reforma de Amlo, busca retroceder a tiempos en que la fuerza estaba por encima de la ley y con ellos empujarnos hacia una dictadura.

Es necesario salir de nuestros hogares, oficinas, centros de trabajo y colonias, para defender al INE y al TRIFE, porque nos permiten cambiar nuestras autoridades y abrir los cauces para cambiar también las relaciones sociales y económicas, sin derramamientos de sangre, aunque halla grupos que no quisieran más que entretenernos con el relevo del personal que gobierna y no tocáramos un sistema que por mucho que sus vulgares apologistas nos vengan con el cuento de que cada quien puede elegir libremente su destino, nos condena a la ignominia y que no sólo necesitamos una libertad de abstención sino también una libertad republicana, como no dominación.

La tentación golpista, que en contubernio con el narco hoy quiere acabar con el INE y el TRIFE, únicamente la podenos detener, movilizando a todas las fuerzas partidarias de la democracia formal y sustantiva.

Nada debemos escatimar para denunciar que Amlo y Morena, quieren destruir las instituciones democráticas, para perpetuarse en el poder y seguir mintiendo, robando y traicionando.

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