El narco mexicano es culpable. Y el de Estados Unidos, ¿Qué?

Tío Sam. Foto Milenio
- en Foro libre

Por Salvador I. Reding Vidaña

Prácticamente cada vez que se publica en medios que un cargamento de droga fue incautado, se valúa en los dólares en que se vendería en las calles al consumidor, no a lo que se vende entre los traficantes mayoristas. Así es más sensacionalista. Y bajo este avalúo mediático (quizás proporcionado por el gobierno que lo incauta) se culpabiliza al vendedor mayorista. Pero el problema real está en el narcomenudeo, en la red que llega al drogadicto.

El gobierno de los Estados Unidos acusa, reclama a los mexicanos (pueblo, criminales y gobierno) de los graves problemas de drogadicción en ese país y sus tristes consecuencias, en especial por muertes de adictos, pero no digamos exculpándose, sino haciéndose de la vista gorda sobre las responsabilidades de las redes de narcotráfico dentro de los Estados Unidos y de su combate gubernamental.

El gobierno estadounidense exige al mexicano que combata a las mafias del narco, productores y traficantes, y no deja de ser ésta una demanda razonable, pero lo inaceptable, al menos para México, es que allí paran las acciones de combate por las denuncias y alertas de los graves daños humanos del consumo de drogas. Sí, los cárteles de la droga de México exportan (o reexportan) dichos productos hacia el Norte de la frontera, pero… alguien compra a esos traficantes de México: mayoristas del narcotráfico dentro de los Estados Unidos.

Sí, alguien vende, exporta y alguien compra, importa. La responsabilidad criminal es de ambas partes del comercio de la droga. Y el gobierno estadounidense exige al mexicano que detenga el negocio del narcotráfico en México, pero para efectos prácticos, ni habla ni informa del combate a las mafias interiores suyas que reciben la droga y la distribuyen dentro de Estados Unidos.

Para llegar al adicto en las calles de Estados Unidos, en el narcomenudeo, existen grandes y poderosas organizaciones que se encargan de ello. Importan las drogas desde otros países, México en la mayor proporción, y hacen enormes negocios en los que ganan dinero desde el mayorista-importador hasta el narcomenudista en la calle. Y el diferencial de dinero entre la compra de la droga al exportador extranjero (mexicano, colombiano o de donde sea) y la ganancia final por venta en las calles, es de las mafias del narcotráfico estadounidense.

Se habla también de lavado de dinero de los negocios del narcotráfico, de dinero que los importadores de droga pagan a los cárteles mexicanos, que es sin duda enorme, de muchos millones de dólares. Pero esas ganancias de las mafias de Estados Unidos son varias veces las de los cárteles de México, y ese dinero, esos millones de dólares se lavan dentro del sistema bancario norteamericano y en otros países, no precisamente en México. En el mundo, lamentablemente, sobran lugares como los llamados paraísos fiscales en donde se puede hacer, y México no es uno de ellos.

Está bien que el gobierno y hasta la sociedad estadounidenses pidan, exijan justamente que México frene en lo posible el negocio de la droga, sí, pero ese país tiene que demostrarle al mundo que lo está combatiendo, y que lo hace en mayor grado y con mejores resultados. Mientras en México, y en otros países productores de drogas se publicitan triunfos (mayores o menores) y capturas de capos y colaboradores suyos, incautación de fondos, de destrucción de plantíos o de narco-laboratorios, no se escucha, no se lee de esfuerzos y triunfos semejantes dentro de Estados Unidos.

El gran problema actual que señalan el presidente Biden y otros funcionarios de su gobierno, es el del fentanilo, una preocupación realmente de alarma. Y piden, exigen a México que detenga su producción y exportación hacia Estados Unidos, lo cual, podemos insistir es legítimo, pero ese gobierno debe poner el ejemplo de combate al narcotráfico, en especial del narcomenudeo. No lo hace. Y el grado de responsabilidad por los enfermos y muertos por la drogadicción es esencialmente del país vecino del Norte.

México debe poner su parte, que por cierto es muy, muy débil bajo el gobierno de López Obrador, todo medido en datos oficiales, lo cual es también una exigencia del pueblo mexicano, que ve muy preocupado cómo los cárteles de la droga se apoderan de grandes territorios nacionales y los controlan, y cómo aumenta también el consumo de drogas dentro del propio México. Pero los estadounidenses, su gobierno principalmente y la propia sociedad, tienen una mayor responsabilidad, tanto en el consumo de drogas como en la educación sobre todo de la juventud, para que se abstenga de consumir drogas. Hay que exigirlo desde México, Colombia o desde donde sea que sale la droga hacia los Estados Unidos, que ese país ponga su parte y lo haga con éxito.

Comentarios

¡Síguenos!

A %d blogueros les gusta esto: