Crean plataforma digital para mujeres víctimas de violencia

Por Marcela Nochebuena

Ciudad de Mexico. (Animalpolitico). “Cuando una persona vive violencia sexual, es difícil encontrar información confiable y útil. Lo sabemos porque hemos estado ahí”. Bajo esta premisa, activistas que han sido parte de diferentes colectivos y organizaciones impulsan la plataforma “Tu historia importa”, que reúne de forma simplificada y accesible datos de salud, justicia y autocuidado para víctimas de violencias sexuales.

Ante la desinformación y un sistema de justicia que obstaculiza el acceso de las víctimas a la más mínima orientación, detectaron que muchas mujeres se acercaban a ellas tras una agresión sin saber qué hacer. Inspiradas por el proyecto inglés “Your story matters”, buscan que su iniciativa plantee un enfoque más integral y holístico, y contribuya como precedente para repensar la justicia y la reparación del daño, que sigue siendo un pendiente.

Durante la pandemia, Artemisa Cabrera, Carola Baez y Alejandra Padilla dieron vida al proyecto, al que después se sumó la Círcula Jurídica, a partir de que personas cercanas les planteaban casos de violencia sexual para saber qué hacer, pues ellas han trabajado en organizaciones feministas de acceso a la justicia. Así se encontraron con el reto de no tener claro qué decir. La respuesta fácil habría sido “ve y denuncia”, pero en un contexto como el de México, esa recomendación no es útil, aseguran.

Al investigar otras iniciativas, se encontraron con “Your story matters”, de Reino Unido, que no solo abordaba la denuncia, sino la autosanación. Ese proyecto les dio permiso de retomar algunos materiales, traducirlos y adaptarlos al contexto mexicano. Después, comenzaron a desarrollar las líneas de acceso a la justicia y de aspectos médicos, además de tener reuniones con víctimas directas para preguntar qué información les hubiera gustado tener al alcance, lo que finalmente llevó a la integración del sitio web en agosto de 2022.

Puedes entrar a la plataforma aquí

Las llamadas de emergencia a nivel nacional relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres han ido al alza desde 2016, cuando se registraron 92 mil 604. Para 2022, se registraron 3.6 veces más: 339 mil 451. A lo largo de esos siete años, el pico mensual más alto es de mayo de 2022, con 34 mil 719 llamadas. Por tasa por cada 100 mil habitantes, las entidades que ocuparon los primeros lugares en enero de 2023 fueron Chihuahua, Ciudad de México y Morelos.

sexual registran la misma tendencia: a nivel nacional pasaron de 3 mil 925 en 2016 a 6 mil 977 en 2022. La cifra mensual más alta también corresponde a mayo de 2022, con 697. Por tasa, los estados donde mayor cantidad se registraron en el primer mes de este año son Sonora, Baja California y Quintana Roo, de acuerdo con las estadísticas más recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Las cifras de incidentes de acoso u hostigamiento sexual han crecido 3.5 veces, de 3 mil 179 en 2016 a 11 mil 323 en 2022, mientras que las relacionadas con violación se han mantenido en un promedio anual de 3 mil 680 en los últimos siete años.

Dispersión y desinformación

Alejandra sostiene en entrevista que, al buscar en internet información después de vivir un abuso sexual, es díficl encontrar datos útiles, pertinentes y honestos. Lo que prevalece es la dispersión y desinformación sobre temas de salud y acceso a la justicia, como parte de una sociedad que romantiza la denuncia como la única vía.

“Tuvimos varios casos que se hicieron virales, precisamente en pandemia, como el de Nat Campos, y el ‘¿por qué no has denunciado?’ era una forma de cuestionar la veracidad de los hechos, como si no denunciar implicara que no te pasó o denunciar fuera la única vía para lograr algo”, reclama la activista. Desde ese cuestionamiento surgió “Tu historia importa”.

Entre la información que detectaron que no era completa o fácil de encontrar estaba, por ejemplo, la relativa a qué implica denunciar: la revictimización implícita, el tener que volver a leer su propia declaración y el lenguaje en torno a qué es un peritaje o un médico legista; por otro lado, la falta de historias que produjeran un sentido de identificación para reconocer las violencias, así como la seguridad de que las víctimas no eran las únicas y no estaban solas.


“Decidimos sumar a ‘Tu historia importa’ historias de mujeres que han vivido violencia sexual, y está abierto el espacio para que puedan contarlas de manera anónima”, agrega Alejandra. En tanto, el trabajo de la Círcula Jurídica, detalla Selma Maxinez, abogada en esa organización, es promover la plataforma entre las personas que buscan su asesoría, que han sido hasta 50 al día.
De entre muchos testimonios que pueden leerse en la plataforma, Romina, por ejemplo, relata: “Cuando tenía 12 años, un ‘amigo’ de 23 me llevó a su casa, me desvistió y abusó de mí. Hoy tengo 20 años y hasta hace unos meses me di cuenta de que lo que me había pasado me lastimó de manera interna sin que me diese cuenta. A partir de lo que pasó ese día, desarrollé problemas emocionales fuertes y no he logrado tener una buena relación con mi sexualidad”.

Cuando alguien que ha experimentado violencias sexuales puede ver que hay otra persona narrando lo que vivió, le permite conectar. Una de las riquezas de ese intercambio, según lo han atestiguado las iniciadoras de “Tu historia importa”, es que al momento de contar su experiencia, las mujeres comparten a otras aprendizajes de ese camino. De esa forma, se convierten en saberes colectivos y compartidos para que, en tanto las agresiones sigan sucediendo, cada una no tenga que aprender desde cero, sino que los conocimientos compartidos se conviertan en redes de apoyo.

Gracias a las métricas de visitas, se han dado cuenta de que la información más buscada varía dependiendo de las víctimas. Se registran muchas búsquedas en torno a la justicia y dudas sobre el proceso de denuncia. Por otro lado, las historias y la sección destinada a autosanación son igualmente consultadas de manera recurrente: “¿Cómo compartir lo que viviste?” y “¿Cómo hacer una bitácora de lo que viviste?” son dos de las herramientas que han resultado más útiles.

Dado que las violencias sexuales tienen muchas expresiones —que pueden ir desde al acoso callejero hasta la violación— resulta difícil detallar qué tendrían que saber las mujeres víctimas. Lo cierto es que en el momento inmediato de enfrentarlas, por más herramientas que existan, acota Alejandra, la mayoría pasa por un bloqueo. Ellas lo han atestiguado incluso en los casos experimentados por personas abogadas.
“Más que tener una información de qué hacer en ese momento, es al menos tener el espacio a donde puedo acudir, o saber quién me puede dar información o acompañar en el proceso. Esa es la parte clave, por eso también en la página hay un directorio de organizaciones y de instancias públicas, pero sabemos que son procesos tan complejos que no es tan fácil tener una respuesta inmediata”, explica la activista.
Para las fundadoras, el proceso de poner en marcha la plataforma también ha sido un aprendizaje. Primero, por la dificultad de presentar información, sobre todo en lo que refiere a hacerla accesible. “El sistema de justicia parece que es una caja negra que nadie entiende, y es a propósito. El sistema de salud, por más que existe normativa para que médicas, médicos, enfermeras y enfermeros sepan qué hacer, nadie sabe”, añade Alejandra.
Dar la información pertinente sin dejar de aclarar que esas son las opciones, pero al mismo no siempre funcionan, es lo más complicado, por lo que también intervino una pedagoga en la construcción de la plataforma.

Otra parte del aprendizaje es saber que la iniciativa no puede quedarse en lo digital, sino que hay que trasladarla a procesos colectivos, que no necesariamente significan acompañamiento una a una —porque los recursos no son suficientes—, pero sí generar círculos de mujeres que han vivido violencias sexuales y abrir la conversación para que puedan acompañarse.

También para que podamos pensar juntas: en un contexto en donde la justicia estatal no funciona, donde en la mayoría de los casos hay una total impunidad, cómo podemos pensar otras formas de justicia, o cómo podemos repensar la justicia colectivamente”, plantea Alejandra.
La reparación del daño, un pendiente a destacar en este 8M

Aunque hay varios frentes abiertos en el tema de violencias sexuales, y lo mismo es necesario enfocar esfuerzos en la prevención que en la atención, en términos de exigencias es indispensable repensar la justicia, incluso desde el Estado, para saber si lo que hasta hoy se ha entendido como tal son pasos que realmente están resolviendo el problema, señalan las fundadoras de “Tu historia importa”. Y adelantan: pareciera que no.

De hecho, aunque el sistema funcionara y existiera una pena para los agresores, sería importante replantear en qué debe consistir la justicia, pero sobre todo, la reparación del daño. Por ejemplo, una mujer que logró que su agresor llegara a la cárcel les reveló al contar su historia: “Perdió todo el sentido, porque cuando me di cuenta de que lo iban a mandar a la cárcel, ya no tenía caso. ¿Y a mí cómo me repara el daño? ¿A mí cómo me regresan los tres años que llevo entregando a este proceso?”.

Desde la iniciativa se enfatiza la idea de que valdría la pena, primero, acabar con la impunidad, pero en un segundo paso replantear a qué formas de justicia se está apostando y cómo se pueden crear verdaderos mecanismos de reparación. En realidad, llegar a una reparación del daño es hasta ahora imposible, afirma Selma Maxinez, de la Círcula Jurídica.

“El sistema de justicia no está diseñado para realmente reparar el daño, sino dar esta solución que para mí es un parche: meter a una persona a la cárcel, y ese tipo de pensamiento punitivista desde mi punto de vista sigue generando desigualdades, igual en temas de género, porque al final justo quienes van a cuidar a esas personas son mujeres”, añade.

Por eso también es importante que el Estado se enfoque en el tema de reparación del daño; cuando esta no existe, no hay transformación sobre la vida de las personas, advierte. Después, confiesa que, en realidad, no tiene muchas esperanzas en el Estado; le parece que no queda más que seguir construyendo de manera colectiva. Las activistas detrás de “Tu historia importa” están convencidas de que desde los proyectos colaborativos como el suyo las mujeres organizadas siguen construyendo otras maneras de tener justicia.

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