En el marco del aniversario 60 de la Tuna de Guanajuato, la estudiantina de la ciudad de Córdoba, Veracruz; participó de manera exitosa en el Festival Nacional de Tunas y Estudiantinas.
La tuna de la ciudad de los 30 Caballeros, participó intensamente en tres de los eventos programados, en la Universidad de Guanajuato se tomó la foto conmemorativa y se festejó a los fundadores de la Tuna de Guanajuato al cumplir 60 años de trayectoria.
Más tarde, comenzó la «Callejoneada» que partió de la Universidad de Guanajuato para terminar en la Plaza La Alhóndiga; todo en medio de un contingenté cargado de colorido, alegre, y de cientos de boinas y capas con sus listones de colores.
En sus participaciones extraordinarias, la Tuna cordobesa interpretó temas diversos en distintos espacios de la ciudad como: La tuna se va de ronda, Sebastopol, Ángela María, La Copla de la Dolores. Durante la tarde, actuaron en la Plaza de los Ángeles con los temas: Tuna compostelana, Sebastopol.
Luego se apersonaron en el famoso Callejón del Beso, ahí se escucharon temas como: Estrella de la noche, El silbidito. Llegada la noche, para concluir la Plaza de La Alhóndiga le dio la bienvenida con los temas: Aires Vascos, El parque y Novillero.
La Tuna de Córdoba está formada por 31 integrantes y los instrumentos que tocan son guitarra, mandolinas, panderos, castañuelas, contrabajo y acordeón. También bailarinas y dos compañeros bailaron la melodía de “El parque” con vestimenta típica de Veracruz (jarochos).
La tradicional Tuna, de reciente creación, está conformada por la Mesa directiva de la Tuna Cordobesa 2023, compuesta por Oswaldo López Bello, Director musical, Guillermo Zaragoza y Adán González, Jefes de la Tuna; Abraham Ramírez, tesorero, y Alaide Ramírez, Relaciones Públicas. La mayoría de los integrantes de todas las edades coincidieron en algún momento como estudiantes de la Escuela de Bachilleres Artes y Oficios (ESBAO).
El nombre «Tuna» a este género musical se cree, deriva de andar de “tunantes” por derivar de una vida errante, era una palabra despectiva referida a los estudiantes músicos y nocherniegos que hacían ruido cuando se dormía, a los que alude el Arciprestes de Hita en su Libro de Buen Amor, que por uso derivó en «tuna».
Esta teoría se apoya en el carácter mendicante de los “sopistas”, estudiantes, no necesariamente pobres, que tras dilapidar sus mesadas, sobrevivían a expensas de la “sopa boba, distribuida gratuitamente en ese tipo de albergues conventuales.
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