Detectan sonidos misteriosos en la estratosfera.

Tres fases de la preparación y el ascenso de uno de los globos usados por el equipo de Bowman para captar sonidos en la estratosfera. (Fotos: Darielle Dexheimer / Sandia National Laboratories).

La estratosfera es una capa bastante tranquila de la atmósfera terrestre. Raramente perturbada por aviones o turbulencias, los micrófonos en la estratosfera captan sonidos que no se oyen en ningún otro lugar, al menos de esa manera. Esto incluye sonidos naturales como truenos, sonidos artificiales como explosiones, e incluso sonidos de origen desconocido.

Todo esto lo está comprobando el equipo de Daniel Bowman, de los Laboratorios Nacionales de Sandía en Estados Unidos, que ha estado enviando a la estratosfera globos de aire caliente alimentados con energía solar y equipados con micrófonos y otros dispositivos.

Estos globos, fabricados por Bowman y sus colaboradores tienen un diámetro de entre 6 y 7 metros.

A pesar de su gran tamaño y gran capacidad de recogida de datos, estos globos son bastante simples.

«Nuestros globos son básicamente bolsas de plástico gigantes con un poco de polvo de carbón en el interior para oscurecerlos. Los construimos con plástico de pintor comprado en una ferretería, cinta adhesiva y carbón vegetal en polvo comprado en tiendas de artículos pirotécnicos. Cuando el sol ilumina los globos oscuros, el aire del interior se calienta y los globos comienzan a flotar y a ascender. Esta energía solar pasiva es suficiente para elevar los globos desde la superficie hasta más de 20 kilómetros en el cielo», explica Bowman. «Cada globo solo necesita materiales por valor de unos 50 dólares y puede construirse en una cancha de baloncesto».

Con estos globos, los investigadores recogen datos. Para detectar sonidos de baja frecuencia, emplean microbarómetros, diseñados originalmente para vigilar volcanes.

Tras soltar los globos, rastrean sus rutas mediante GPS, una tarea necesaria ya que los globos a veces viajan cientos de kilómetros y aterrizan en lugares de difícil acceso. Pero como los globos son baratos y fáciles de construir y lanzar, pueden soltar muchos y recoger más datos.

Además de los sonidos naturales y artificiales reconocibles, Bowman y sus colaboradores han detectado otros que no son capaces de identificar.

«En la estratosfera hay misteriosas señales infrasónicas que se producen unas pocas veces por hora en algunos vuelos, pero su origen es completamente desconocido», confiesa Bowman.

Los infrasonidos son sonidos más graves que el tono más grave que el oído humano puede captar.

El equipo de Bowman espera poder desentrañar el misterio de estos infrasonidos estratosféricos de origen desconocido mediante futuros estudios.

Los últimos resultados en esta línea de investigación han sido presentados en un congreso reciente de la ASM (Acoustical Society of America), celebrado en la ciudad estadounidense de Chicago. (Fuente: NCYT de Amazings)

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