La nave interestelar Voyager 2 debe encontrar la Tierra

La sonda espacial Voyager 2 vuela actualmente por el espacio interestelar. (Ilustración: NASA JPL / Caltech)

La sonda espacial Voyager 2 de la NASA partió de la Tierra en 1977. Visitó los planetas Júpiter en 1979, Saturno en 1981, Urano en 1986 y Neptuno en 1989. Finalmente, alcanzó el espacio interestelar en 2018, y desde entonces explora el medio interestelar.

Una serie de órdenes enviadas a la nave el 21 de julio causaron inadvertidamente que la antena pasase a apuntar a 2 grados de la Tierra. Como resultado, la Voyager 2 actualmente no puede recibir órdenes ni enviar datos a la Tierra.

La Voyager 2 se encuentra a más de 18 horas-luz de la Tierra, y este cambio en la orientación de la antena ha interrumpido la comunicación entre la Voyager 2 y las antenas terrestres de la Red de Espacio Profundo (DSN) de la NASA. Los datos que envía la nave ya no llegan al DSN y la nave espacial no recibe las órdenes del Centro de Control de Misión.

La Voyager 2 está programada para restablecer la orientación de su antena varias veces al año, a fin de mantener esa antena apuntando a la Tierra con la máxima precisión. La nave llevará a cabo el próximo reposicionamiento de la antena el 15 de octubre. Esta operación debería permitir que se reanude la comunicación.

El equipo de la misión espera que durante el período de incomunicación la Voyager 2 permanezca en la trayectoria prevista.

La “hermana gemela” de esta sonda, la Voyager 1, sigue funcionando con normalidad. También partió de la Tierra en 1977. Su misión de exploración planetaria se centró solo en visitar Júpiter en 1979 y Saturno en 1980, aunque salió antes del sistema solar, llegando al espacio interestelar en 2012. La nave está ahora a un día-luz de la Tierra.

Las trayectorias de estas dos naves las llevan a un viaje sin fin por la galaxia. Ambas naves Voyager están preparadas para servir de embajadoras de la humanidad ante una posible civilización extraterrestre con la que se topen. Seguirán desempeñando esta misión final tras el agotamiento de su energía. Ambas llevan a bordo un depósito con mensajes e información sobre la civilización humana destinado a cualquier alienígena inteligente que las encuentre. Para superar la barrera del idioma, los diseñadores de esta especie de cápsula del tiempo recurrieron a las matemáticas, que son iguales en todos los rincones del universo. Los símbolos representados en la parte exterior deberían ser entendibles por cualquier ser lo bastante inteligente. (Fuente: NCYT de Amazings)

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