La dieta de una madre gestante influye también en la salud cerebral de sus nietos

Los autores del estudio han descubierto que una sustancia presente en las manzanas así como en algunas hierbas comúnmente usadas como especias (orégano, albahaca, romero, tomillo y salvia) ayuda a reducir la ruptura de los “cables” de comunicación entre neuronas que son necesarios para que el cerebro funcione debidamente.
- en Salud

Se sabe que la dieta de una mujer embarazada influye en la salud cerebral del hijo o hija que lleve en su útero. Pero ahora un nuevo estudio revela que ciertos alimentos influyen de un modo específico también en la salud cerebral de los nietos o nietas (los hijos o hijas del feto que lleva dentro).

El estudio lo ha realizado un equipo encabezado por Wenyue Wang, de la Universidad Monash en Australia.

Wang y sus colegas realizaron experimentos con gusanos de la especie Caenorhabditis elegans, un organismo modelo que suele utilizarse mucho en investigaciones genéticas debido a diversas ventajas y a que buena parte de sus genes están también conservados en el ser humano.

Los autores del estudio han descubierto que una sustancia presente en las manzanas así como en algunas hierbas comúnmente usadas como especias (orégano, albahaca, romero, tomillo y salvia) ayuda a reducir la ruptura de los “cables” de comunicación entre neuronas que son necesarios para que el cerebro funcione debidamente. Tales “cables” son los axones.

En los experimentos se constató que los axones de los gusanos sufrían una marcada tendencia a romperse al envejecer, excepto cuando los animales consumían cierta sustancia presente en los alimentos citados: el ácido ursólico.

Los investigadores comprobaron que el ácido ursólico reduce la fragilidad de los axones al provocar la activación de un gen que ocasiona la producción de un tipo específico de grasa (esfingolípido) que refuerza a los axones, reduciendo así los casos de ruptura y ayudando a que el cerebro funcione bien. El ajuste se transmite hasta por lo menos los nietos y las nietas.

El estudio se titula “An intestinal sphingolipid confers intergenerational neuroprotection”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Cell Biology. (Fuente: NCYT de Amazings)

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