Dice Ebrard que los respaldan más de 20 millones de personas

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–En vísperas del arranque de la encuesta que definirá la candidatura de Morena a las elecciones presidenciales de 2024, Marcelo Ebrard Casaubon urgió sus simpatizantes a participar activamente en la encuesta, con un grito: «¡Ayúdenme compañeras, compañeros!»

«Se hará la encuesta nada más a 12 mil personas: a quien le toquen la puerta, ábrenla por favor, abren la puerta a la encuesta (…) vamos a abrir la puerta, vamos a promover y vamos a ganar la encuesta la semana que entra», insistió el excanciller en su último mítin de precampaña.

En contraste con los pequeños eventos que encabezó durante su «recorrido nacional», Ebrard convocó hoy a una concentración masiva en la Arena Ciudad de México, un recinto privado de espectáculos, con retransmisiones en varias ciudades del país. Ello, para presumir su músculo político y a la vez reforzar su discurso según el cual ya rebasó a Sheinbaum en las intenciones de voto.

En el cierre de 10 semanas de gira por el país, Ebrard ofreció un show a su audiencia, que llegó vestida con playeras blancas marcadas con el hashtag #MejorMarcelo. La fiesta incluyó canciones interpretadas por artistas y bandas seleccionados durante la precampaña –además de clásicos se oyó, entre otros, el «rap de Marcelo«–, que incluyeron porras para el excanciller.

Después de dos horas de espectáculo, Ebrard llegó en el escenario, de la mano con su esposa, Rosalinda Bueso, y después de despedirla, empezó su mítin.

Esta vez, Ebrard no se refirió a su rival, Claudia Sheinbaum Pardo, y tampoco se quejó de las prácticas desleales que ha denunciado de manera reiterada en la contienda interna de Morena. Sin embargo, envió un mensaje entre líneas a la exjefa de gobierno: resaltó que su público llegó «libremente», una crítica indirecta al acarreo de personas que Ebrard y su equipo han señalado en los mítines de la favorita.

De hecho, minutos después, el político insistió en ese punto: «Que se oiga en todo México: aquí las personas que están vienen porque son libres, están convencidas y están comprometidas«.

Frente a su base de simpatizantes, entre ellos su grupo de incondicionales –ya sea excolaboradores en el gobierno capitalino o en la Cancillería, algunos legisladores y operadores políticos–, Ebrard repasó, en menos de 15 minutos, las temáticas centrales que marcaron su campaña: la seguridad, la igualdad de género y la justicia social. De vez en cuando, animaba su audiencia con gritos de «¡Vamos a ganar!» o «¡Vamos a triunfar!», puño arriba.

Reiteró que, en 2030 –es decir, después de su mandato en la presidencia–, habrá 6 millones de empleos adicionales, un salario mínimo dos veces superior al actual, una atención universal en salud, un crecimiento del 4% a 5% anual y un país seguro; en resumen, insistió en su promesa de robustecer la clase media de México, con empresas extranjeras e inversiones en «todas las regiones de México».

El político recalcó que el cierre de campaña representa el fin de «una etapa de trabajo», y aseveró, con un tono esperanzado, que «hoy inicia el futuro de México, hoy iniciamos el camino para ganar las elecciones del 2024». Sostuvo que su equipo construyó un «movimiento gigantesco» para su candidatura, apoyada –según él– por 20 millones de personas. «Empezamos en junio de 2022 y eramos mil 500, ¡Que nos cuenten bien, somos cientos, miles de veces más!», dijo.

El próximo 6 de septiembre se darán a conocer los resultados de la encuesta, los cuales mostrarán si Ebrard logró revertir las tendencias y ganarle a Sheinbaum, quien además de encabezar la gran mayoría de las encuestas cuenta con el apoyo de gobernadores y de gran parte del aparato de Morena.

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