Detectan la creación de telurio en el espacio

Ubicación en la que se captó el estallido de rayos gamma GRB 230307A y la creación de una cantidad de telurio lo bastante grande como para haberla detectado a unos 900 millones de años-luz de distancia. (Imagen: NASA, ESA, CSA, STScI, A. Levan (Radboud University and University of Warwick))

Unos astrónomos han captado la creación del raro elemento químico telurio en un punto del cosmos, situado a unos 900 millones de años-luz de distancia de la Tierra.

Esa creación de telurio parece haber ocurrido en el marco de un fenómeno muy violento y explosivo: la colisión y fusión entre dos estrellas de neutrones. La catástrofe también es la causa aparente de una explosión de la clase conocida como kilonova y de un tremendo fogonazo de rayos gamma, catalogado con el nombre de GRB 230307A.

Una estrella de neutrones es el núcleo ultracomprimido que queda tras la muerte de una estrella en una explosión del tipo conocido como supernova. Si el núcleo se comprime aún más, el objeto resultante ya no es una estrella de neutrones sino un agujero negro.

Una kilonova es una explosión producida por la fusión de una estrella de neutrones con un agujero negro o con otra estrella de neutrones.

Los investigadores han utilizado múltiples observatorios, situados en la Tierra o fuera de ella, para observar ese fogonazo de rayos gamma, que fue excepcionalmente brillante, e identificar la fusión de estrellas de neutrones. El telescopio espacial James Webb (JWST), de la NASA, la ESA y la CSA (respectivamente las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense) ha ayudado a los científicos a detectar el elemento químico telurio tras la explosión.

También han sido de gran utilidad en las observaciones del telescopio espacial Fermi de rayos gamma de la NASA y las del observatorio espacial Swift, ambos de la NASA.

El equipo de investigación lo encabeza Andrew Levan, de la Universidad Radboud de Nimega en los Países Bajos y de la Universidad de Warwick en el Reino Unido.

Es probable que otros elementos cercanos al telurio en la tabla periódica (como el yodo, necesario para gran parte de la vida en la Tierra) también estén presentes entre el material generado a raíz de la catástrofe.

Aunque desde hace tiempo se ha teorizado que las fusiones de estrellas de neutrones son las «ollas a presión» idóneas para elaborar algunos de los elementos más raros y sustancialmente más pesados que el hierro, los astrónomos se han topado hasta ahora con varios obstáculos para obtener pruebas sólidas de eso. El principal de ellos es el hecho de que las kilonovas son extremadamente raras, lo que dificulta su observación y análisis.

Los estallidos de rayos gamma de corta duración, que no suelen durar más de dos segundos, pueden ser subproductos de estos infrecuentes episodios de fusión. En cambio, los estallidos de rayos gamma de larga duración pueden durar varios minutos y suelen estar asociados a la muerte explosiva de una estrella masiva (supernova).

El caso de GRB 230307A es bastante insólito. Descubierto por el telescopio espacial Fermi de rayos gamma en marzo, ostenta el récord de ser el segundo estallido de rayos gamma más brillante avistado en más de medio siglo de observaciones. Alcanzó un brillo unas mil veces mayor que el de los estallidos corrientes de rayos gamma, que son los habitualmente observados por el telescopio espacial Fermi. Además, duró 200 segundos, lo cual lo sitúa firmemente en la categoría de los estallidos de rayos gamma de larga duración, a pesar de su origen diferente.

El estudio sobre este GRB, la kilonova y la creación de telurio se titula “Heavy element production in a compact object merger observed by JWST”. Y se ha publicado en la revista académica Nature. (Fuente: NCYT de Amazings)

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