La OSX presenta la “Quinta” de Bruckner

- en Cultura

  Más de una década desde su última interpretación

  Infrecuente y compleja obra, dirigida por Martin Lebel

Xalapa, Ver. La Orquesta Sinfónica de Xalapa presenta una de las obras más complejas y poco interpretadas en el canon internacional de la música sinfónica. Uno de los programas exclusivos para orquestas de gran envergadura y nivel artístico por su notable dificultad y gran extensión: la Sinfonía No. 5 de Anton Bruckner. Bajo la batuta de Martin Lebel, Director Titular.

Este programa se llevará a cabo el viernes 8 de diciembre a las 20:00 h. Boletos disponibles en www.orquestasinfonicadexalapa.com

Estrenada en abril de 1894, es una obra maestra, madura y reflexiva que evoca una gama amplia de emociones a lo largo de sus amplios movimientos. Esta composición sinfónica, escrita en un estilo romántico tardío, se caracteriza por sus vastos paisajes sonoros y su majestuosidad. La música de Bruckner en esta sinfonía transmite una profunda emotividad, desde los momentos de exuberante grandiosidad hasta los pasajes más melódicos y contemplativos.

Muy distinta la versión original a como fue presentada al mundo tras las revisiones de su amigo Franz Schalk, esta pieza es un viaje emocional que lleva al oyente a través de experiencias contrastantes.

Los momentos de intensidad dramática y poderosa expresión coexisten con secciones de serenidad y reflexión. La obra refleja la lucha entre la oscuridad y la luz, creando una síntesis de sentimientos que van desde la euforia hasta la melancolía, todo ello enmarcado en la imponente arquitectura sinfónica de Bruckner.

La obra consta de cuatro movimientos: el primero comienza con una introducción sorprendente y establece un tema principal que se desarrolla con una riqueza temática y orquestal impresionante. El segundo movimiento, un Adagio celestial, es particularmente conmovedor y lírico, mostrando la habilidad de Anton para crear momentos emocionales. El Scherzo, tercer movimiento, aporta un cambio vigoroso y enérgico, con ritmos marcados y un sentido de urgencia que contrasta con la contemplación del Adagio.

El último movimiento, un extenso Finale, es una estructura sinfónica monumental que combina motivos anteriores con nuevos desarrollos. Bruckner logra construir una sinfonía vasta, con picos emocionales que culminan en una apoteosis final. Una experiencia sinfónica que parece trascender el tiempo y el espacio.

 

 

 

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