Por Mariana Martell / Cultura Colectiva
Durante décadas, Anastasia se convirtió en un enigma, en una gran pregunta que la historia había dejado sin respuesta y de la cual la cultura popular no tardó en aprovechar con películas y libros, cada uno con una construcción diferente de la princesa.
Y es que mientras, por un lado, nos pintaban a la hija del Zar Nicolás II como una joven cuya vida terminó de forma fatídica tras la revolución rusa, otras versiones aseguraban que la princesa había sido la única sobreviviente de Romanov.
Sin embargo, la verdadera historia de Anastasia esconde mucho más que lo que los relatos populares nos han contado por años, por lo que es hora de conocerla.
¿Quién era Anastasia Romanov?
Anastasia nació el 18 de junio de 1901 y fue la hija más joven del último zar de Rusia, Nicolás II.
La joven creció junto a su tres hermanas, Olga, María y Tatiana, y su adorado hermano Alexis, dos años menor que ella, alrededor de una corte sublime en medio de un reino atrasado y empobrecido por la corona que se posicionaba sobre la cabeza de sus padres, los Romanov.
A pesar de ser de baja estatura, Anastasia poseía un carácter ingenioso y bullicioso. Sus ojos brillantes reflejaban su espíritu vivaz, por lo que era considerada la más atraviesa de la familia, lo que la llevaba a actuar de forma rebelde convirtiéndose en el terror de sus profesores.
Todo lo anterior, llevo a la pequeña a tener el récord de castigos en su familia, ya que a veces hacía tropezar a los sirvientes, gastaba bromas a sus tutores y hasta trepaba a los árboles para escapar de sus sermones.
Sin embargo, Anastasia era extremadamente inteligente, aunque un tanto distraída, pues al ser la que aprendía más rápido de los hijos del zar solía aburrirse fácilmente y tener problemas para concentrarse en sus lecciones.
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