Un estudio reciente ha conducido a conclusiones asombrosas sobre los agujeros negros supermasivos que existen en el centro de muchas galaxias.
A partir de algunos cadáveres de estrellas, pueden formarse agujeros negros, con masas no muy distintas de las de esas antiguas estrellas.
En el centro de muchas galaxias hay, sin embargo, agujeros negros con masas muchísimo mayores, que pueden llegar a ser de hasta miles de millones de veces la del Sol.
Durante mucho tiempo se ha venido creyendo que esos agujeros negros supermasivos se formaron también a partir de cadáveres de estrellas en galaxias, y que fueron aumentando su masa mediante la absorción de materia de su entorno.
No obstante, la nueva investigación, basada en un análisis de observaciones realizadas por el Telescopio Espacial James Webb (JWST), revela un escenario muy distinto.
Según los últimos hallazgos, los agujeros negros no solo existieron en la infancia del universo, sino que además promovieron la formación de nuevas estrellas y galaxias.
«Sabemos que estos agujeros negros monstruosos existen en el centro de galaxias cercanas a nuestra Vía Láctea, pero la gran sorpresa ahora es que también estaban presentes al principio del universo y eran casi como bloques de construcción o semillas de las primeras galaxias», enfatiza Joseph Silk, profesor de física y astronomía en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, Maryland, Estados Unidos y coautor del estudio.
Lo descubierto sugiere que en los primeros 50 millones de años de existencia del universo, ya había agujeros negros con masas considerables y que tales agujeros aceleraron la formación de estrellas y galaxias en aquella época.
El estudio se titula “Which Came First: Supermassive Black Holes or Galaxies? Insights from JWST”. Y se ha publicado en la revista académica The Astrophysical Journal Letters. (Fuente: NCYT de Amazings)
Comentarios