Fotografías para entender la soledad en una de las ciudades más pobladas del mundo

Tokyo, Japón.
- en Cultura

Bill Murray se acercó corriendo y con un delicado movimiento, un abrazo devastador, un susurro imperceptible, se despidió de Scarlett Johansson en medio de una de las calles más transitadas en Tokyo. Nuestro corazón se detuvo y no pudimos remediar lo que sucedía a nuestro interior; “Lost in Translation” tocaba sensiblemente uno de nuestros puntos más débiles y perdíamos poco a poco el aliento, nos rompíamos en mil pedazos al no saber si el amor era capaz de sobrevivir a cualquier batalla, pues por lo menos en ésta, no.

“A primera vista podría parecer que estando en la ciudad más estrepitosa de Japón nadie se sentiría solo, nunca. Pero es justo en esa naturaleza agitada que sucede todo lo contrario”.

Así como Charlotte, personaje principal de la cinta, fue capaz de extraviarse en todo sentido y reconocerse como una mujer sola con una necesidad de contacto humano, no sería de extrañar que alguien más fuese capaz de algo similar. En la Capital del Este es extremadamente cotidiano que todos estén metidos en sus propios asuntos y nadie intervenga de más en la vida del otro. Ni para bien ni para mal. Asunto que se torna más delicado cuando lo dicho se experimenta como un extranjero y la lengua no ayuda ni siquiera para entenderse a sí mismo. ¿Cómo sobrevivir anímicamente en una de las ciudades más pobladas, supuestamente más cálidas del mundo, si no hay cercanías verdaderas?

Tokyo es un mar absoluto de gente. Entre el ruido y la velocidad del tránsito –tanto de los que caminan como de los que usan algún vehículo–, escuchar tus propios pensamientos es casi imposible; a primera vista podría parecer que estando en la ciudad más estrepitosa de Japón nadie se sentiría solo, nunca. Pero es justo en esa naturaleza agitada que sucede todo lo contrario; gracias a la rapidez y movilidad de sus habitantes, de sus pasiones y de sus miedos, es más fácil perderse en la inmensidad de los cuerpos. Te conviertes en eso que escapa y se confunde.

“La composición de sus fotografías revelan siempre la compleja composición del ser humano y las dificultades que conlleva el estar completamente solo en la compañía”.

Hiroharu Matsumoto ha sido un fotógrafo siempre consciente de esa situación y por mucho tiempo se ha propuesto una sola cosa: buscar esos rincones de soledad para hacer todavía más evidentes esos espacios personales, psicológicos, de abandono, melancolía y retiro. Unas de sus especialidades, claro está, son el retrato urbano y la sorpresa del transeúnte, pero no realiza ninguna de estas acciones como un flâneur cualquiera, sino como un historiador encargado de registrar los pensamientos de mayor materialidad en el universo.

En diálogos entre la luz y la oscuridad, la composición de sus fotografías revelan siempre la compleja composición del ser humano y las dificultades que conlleva el estar completamente solo en la compañía o el sentirse plenamente acompañado en lo solitario.

“Hiroharu Matsumoto es el artista que nos captura a todos; ya sea en esta tarde después del trabajo cuando piensas que todo ha salido mal, en esa calle donde te rompieron el corazón (…)”.

La fotografía de Matsumoto es un hallazgo de paz y tranquilidad en escenarios que, gracias a la línea arquitectónica, dan cabida perfecta para el paseo humano; la presencia de lo orgánico, lo sentimental, se hace aún más evidente en la geométrica de las tomas, otorgándonos un relato móvilmente estático de la conciencia humana, de la reflexión en un segundo aislado.

Hiroharu Matsumoto es el artista que nos captura a todos; ya sea en esta tarde después del trabajo cuando piensas que todo ha salido mal, en esa calle donde te rompieron el corazón, en la prisa por llegar temprano a una cita, en el desesperanzado andar de una mañana deprimente, cualquiera de nosotros ha sido el modelo ideal para su obra. Sólo que si estuviéramos en Tokyo, la captura sería todavía más extrema; si alguna vez pensamos que tal ciudad sería la respuesta para el aislamiento, nos equivocamos. La separación existe en todos lados.

Para conocer otras miradas de lo humano en la imagen, visita Las verdaderas mujeres lucen así, sin cuerpo y llenas de historia y El arte de ser mujer y poderte encontrar en la destrucción para enterarte cómo un retrato puede efectuarse sin la presencia de un modelo o para comprender la fragilidad de todo lo que nos rodea frente a la fortaleza de saberte un ser sobre la Tierra.

Comentarios

¡Síguenos!

A %d blogueros les gusta esto: