Tan solo 510 millones después de crearse el universo, no solo ya había galaxias, sino que también podían fusionarse entre ellas, como revelan unas observaciones de una de tales fusiones, la más antigua de entre todas las conocidas.
El estudio en el que se ha hecho este hallazgo es obra de un equipo internacional encabezado por Kit Boyett, de la Universidad de Melbourne en Australia.
Las observaciones analizadas por el equipo sugieren que el crecimiento de algunas galaxias fue más rápido de lo creído, como lo fue la formación de estrellas en ellas.
Las observaciones se hicieron con el telescopio espacial James Webb (JWST), fruto de una colaboración internacional encabezada por la NASA, la ESA y la CSA, respectivamente las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense.
El objeto astronómico estudiado por Boyett y sus colegas es una galaxia en la que todavía se aprecian dos componentes distintos: dos galaxias más pequeñas en una fase avanzada del proceso de fusión entre ellas.
El análisis de la población estelar también delata la fusión entre galaxias. Por un lado, la imagen general de la galaxia resultante sugiere que la población de estrellas es joven, mientras que el análisis del espectro revela que también abundan las estrellas viejas. Esta aparente contradicción describe, no obstante, una situación totalmente coherente: no hay una sola población de estrellas, sino dos, lo cual encaja con una fusión entre galaxias.
«La antigua población de estrellas lleva ahí mucho tiempo y lo que creemos que ocurre es que la fusión de las galaxias produce nuevas estrellas y eso es lo que vemos en las imágenes: nuevas estrellas sobre la antigua población», explica Boyett.
La mayoría de los estudios de estos objetos tan distantes muestran estrellas muy jóvenes, pero esto se debe a que las estrellas más jóvenes son más brillantes y, por tanto, su luz domina las imágenes. El JWST, sin embargo, permite observaciones tan detalladas que muestran la presencia de estrellas viejas, y en este caso se pueden distinguir las dos poblaciones en el marco de la fusión entre galaxias.
El estudio se titula «A massive interacting galaxy 510 million years after the Big Bang». Y se ha publicado en la revista académica Nature Astronomy. (Fuente: NCYT de Amazings)
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