Acusan al alcalde morenista de Amatlán de tener descuidado el palacio municipal

Olores fétidos, suciedad por doquier y un descuido que raya en el abandono es en lo que ha sumido el alcalde morenista de Amatlán Luís Arturo Figueroa Vargas al Palacio Municipal al que a diario acuden los ciudadanos.
- en Sociedad

Efraín Hernández Plumas Libres

Amatlán.- Trabajadores del Ayuntamiento, quienes prefirieron mantener el anonimato por temor a represalias, denunciaron el evidente descuido que existe en el palacio municipal, especialmente en el área de la sindicatura y las regidurías, señalando la falta de atención por parte del alcalde morenista Luís Arturo Figueroa Vargas. Los inconformes resaltaron que en esa sección existe una fuente que debería ser atractiva para los visitantes, pero se ha convertido en un depósito de basura, con utensilios de limpieza descuidados, plantas sin podar y una apariencia general de abandono.

Mientras tanto, los quejosos aseguran que el área de presidencia se mantiene impecable, el resto del edificio municipal luce descuidado, destacando la negligencia del alcalde. Afirmando que resulta alarmante que, mientras la oficina del presidente municipal luce bien, el área de regidurías se hunda en el deterioro.

«Incluso cuando supuestamente limpian los baños, el agua que utilizan la arrojan cerca de la fuente, lo que provoca olores insoportables», explicaron los quejosos.

Explicaron que la situación empeora al ingresar a los sanitarios, donde se perciben olores desagradables y se encuentra un improvisado «lavabo» de acero inoxidable. Ante esta situación, la falta de higiene y comodidad refleja un claro menosprecio por parte de las autoridades municipales hacia el bienestar del personal y los ciudadanos que visitan el palacio municipal día a día para realizar diversos pagos o trámites.

«Es evidente que el presidente municipal no está prestando la atención debida a este importante espacio de asistencia social. El abandono del área de regidurías, sino también un síntoma de una gestión municipal deficiente y desatenta a las necesidades de la ciudadanía», concluyó un trabajador del ayuntamiento.

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