. Un gran amigo y estimado por todos los restauranteros
· Lo conocí en la Facultad de Periodismo en el año 1971
· Cronista de Cultura y Sociales en medios de comunicación
Por Miguel Ángel Cristiani G./Bitácora
Recuerdo que conocí a Fito Soler (Eugenio Rodolfo Soler Valencia) en el año de 1971, cuando entregamos a estudiar en la gloriosa Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana -la de Arista y Canal- en donde coincidimos durante cuatro años.
Pasaron muchos años y Fito Soler nunca cambió su alegría por vivir.
Procedente de su natal San Andrés Tuxtla, siempre se notaba su presencia, por su alegría escandalosa y buen humor.
Aunque también sabia ser crítico y sarcástico, cuando lo quería ser.
En realidad, creo que siempre supo ser feliz, a pesar de todos los pesares.
Por eso era frecuente, que en lugar de ir a estar encerrado en el salón de clases, con los intensos calores del puerto de Veracruz, prefiriera ir con sus amigos y amigas, que eran muchos, a disfrutar de las playas.
En alguna ocasión, ya estando en Xalapa, me comentó que todavía tenía algunos negativos y fotos de las sesiones que hacían en la Playa Norte, que en ese tiempo todavía no estaba cerrada al público.
Ya como egresado de la Facultad de Periodismo, Fito Soler se vino a radicar a Xalapa, en donde colaboró con varios medios de comunicación, entre ellos el periódico El Dictamen y Gráfico de Xalapa, en donde escribía una página completa con las reseñas de la vida social y cultural de la Atenas Veracruzana.
Pero creo que lo que más le apasionaba era la gastronomía, de la que se volvió un experto culinario, ya no recuerdo si llegó a escribir un libro de recetas veracruzanas.
Fue jurado en varios concursos de platillos veracruzanos.
En Xalapa se relacionó con restauranteros y chef con los que compartió experiencias.
Siempre lo habremos de recordar alegre y dicharachero, desde nuestros años de estudiantes en la facultad de Periodismo, hasta más reciente en las reuniones del Grupo de Periodistas de los 10, del cual formaba parte también.
Amiguero y generoso, durante muchos años, organizó lo que se llamaba la Fiesta de Los Fitos, porque con el pretexto de entregar reconocimientos a sus amigos y compañeros, entregaba unas estatuillas como las de las de los Oscar´s de Hollywood.
Sarcástico y divertido como era, Fito entregaba algunas nominaciones de broma, a los reporteros y periodistas de Xalapa. Al final de cuentas todos se la pasaban muy alegres.
Así son algunos apuntes de la memoria del gran Fito Soler, que finalmente abandonó este mundo terrenal, para ir a disfrutar del paraíso celestial.
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