El pasado 14 de septiembre tuve la oportunidad de dar una charla a través de Facebook titulada: ¿Es posible intervenir cuando una persona autista presenta riesgo suicida?, la respuesta es SI. Por tanto, de todo lo que dije en aquella charla, me gustaría esbozar lo siguiente, para que quien lo lea sepa que hay una manera específica de intervenir.
En cuanto al autismo:
Las personas autistas pueden presentar dificultades escolares en materia de inclusión, hostigamiento, soledad, aislamiento, falta de grupo de pertenencia, limitación para integrarse en la adultez en el ámbito laboral, provocando sensación de desprotección para los familiares y quien tiene autismo.
Los comportamientos repetitivos pueden ser percibidos por los demás como extraños o inapropiados, lo que afecta la percepción, aceptación social e influye en la capacidad para comprender y responder a las señales sociales.
Los estudios encuentran menos conductas repetitivas en las chicas, pero, por el contrario, se asocian más frecuentemente a epilepsia, y a epilepsia resistente a tratamiento. Asociado en aproximadamente el 30% de los casos de autismo.
Las personas autistas suelen mostrar mayor tendencia al sobrepeso y a la obesidad, se estima que el 50% de los individuos autistas lo presentan.
El número de casos de acoso o maltrato en estudiantes autistas es de 4 a 10 veces mayor que en el resto de la población. Este alto porcentaje se debe a que estas personas presentan grandes dificultades en habilidades sociales y comunicativas.
Las alteraciones sensoriales son causa de importante malestar. Se incluyen: bajos umbrales sensoriales auditivos, visuales, táctiles u olfativos. Por ejemplo, la luminosidad o el ruido de fondo provocan malestar. O, por el contrario, una marcada disminución sensorial para diferentes sensaciones, como dolor, calor, hambre, etc., que pueden llegar a ser un riesgo para la vida.
El término “meltdown” hace referencia al episodio de una reacción de frustración temporal o una sobreestimulación sensorial abrumadora (olores, ruidos excesivos, demasiadas luces) que deriva en una situación de colapso o de pérdida de control temporal. Aquí, la persona puede parecer fuera de control, provocado por una sobrecarga de estímulos, entorno hostil o saturación; pueden aparecer gritos e intentos de autolesión. Para acompañar a las personas autistas durante un meltdown, deben intentar mantener la calma, tener paciencia, evitar elevar el tono de voz y el contacto físico.
En cuanto a la intervención en riesgo suicida
En 2024, no se cuentan con datos oficiales acerca de la prevalencia del comportamiento suicida en población autista.
Es exponencial el riesgo que tienen de experimentar ideación suicida, planearlo, actuar en consecuencia y morir por suicidio.
La evidencia sugiere que la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y la Terapia Basada en la Atención Plena (MBT) pueden ayudar a reducir la ansiedad en el autismo.
La ansiedad en autismo está relacionada con diferencias en el procesamiento sensorial y niveles elevados de alexitimia, que se caracteriza por dificultades para identificar y describir las propias emociones.
La implementación de la Terapia Dialectico Conductual (DBT) en población autista tiene un fuerte respaldo empírico, es considerada la alternativa más potente para intervenir en esta población y poder embestir el riesgo suicida, principalmente en lo que compete a la desregulación emocional.
Algunas de las estrategias que se pueden utilizar en población autista desde DBT son los Estados de la Mente, Validación Emocional, Regulación de las Emociones, Habilidades de Tolerancia al Malestar, lo anterior ante una alta reactividad emocional. Sin embargo, también es viable en población autista el uso de estrategias como Activación Conductual y Técnicas de Exposición.
Adicionalmente, esta el uso del Coaching Telefónico, que es estar presente en el momento que el consultante lo necesita (la crisis) para que pueda aplicar las habilidades, regular y validar sus emociones, y lo más importante: no realice la conducta problema (quitarse la vida).
Me gustaría concluir esto diciendo que muchas personas autistas sufren prejuicios, acoso y persecución, así como ansiedad, agotamiento, incomodidad, depresión e ideación suicida provocados por un entorno poco adaptado a sus necesidades; una realidad es que los apoyos que se ofrecen para el ámbito educativo y laboral aún son insuficientes; es inviable las acciones bienintencionadas, es fundamental que haya personal formado profesionalmente que sepa trabajar con población autista, que conozca distintas herramientas metodológicas con evidencia empírica y pueda reconocer cual es la más apropiada al caso en el que se refiere.
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