Por: Isaac Martínez Pérez
La reciente polémica desatada en Coatzacoalcos, Veracruz, alrededor del presupuesto municipal durante la gestión de Morena, deja al descubierto una dura realidad: 15 mil millones de pesos en ocho años no son suficientes para resolver problemas históricos de una ciudad, o al menos, no lo han sido. Las acusaciones cruzadas entre el aspirante de Morena, Pedro Miguel Rosaldo, y el dirigente municipal del PAN, César Soto, revelan más que una simple disputa política; exponen la profunda inconformidad ciudadana ante la falta de resultados palpables.
Soto, sin tapujos, acusa incapacidad y corrupción, señalando que los recursos administrados por Morena han sido insuficientes, no por la magnitud del presupuesto, sino por su mal manejo. El argumento de que Rosaldo, con 25 años viviendo fuera de Coatzacoalcos, desconoce los problemas locales, si bien contiene algo de verdad, no exime a Morena de su responsabilidad. La pregunta clave no es dónde ha vivido Rosaldo, sino qué ha hecho Morena con los recursos a su disposición. ¿Qué obras emblemáticas, qué transformaciones sustanciales justifican semejante gasto?
La crítica ciudadana en redes sociales es contundente. Se habla de una ciudad decayendo, alejada de su esplendor pasado. Se cuestiona la eficacia de los programas sociales y se vislumbra un «voto de castigo» como respuesta a la desilusión generalizada. Los comentarios van desde acusaciones de ineficiencia hasta señalamientos directos de corrupción, relatan una historia de promesas incumplidas y un descontento que trasciende las diferencias partidistas.
El debate trasciende a la simple confrontación entre Morena y el PAN. Reclama un análisis profundo sobre la administración pública en Coatzacoalcos y una rendición de cuentas transparente. Se necesita respuestas claras sobre el destino de esos 15 mil millones de pesos, y un compromiso político real para revertir el deterioro de la ciudad y atender las necesidades de sus habitantes. De lo contrario, la próxima elección se perfila como un referéndum sobre el fracaso de las promesas de Morena. Coatzacoalcos clama por un cambio real, no solo de rostros, sino de políticas y de resultados.
Todo coatza votará castigando a morena, es una derrota anunciada, además el candidato es gris no conecta con la población, su forma de hablar es muy mecánica, no refleja docilidad ni empatía con la población.