Leyes y derechos políticos/ El Cristalazo

Cómo lograr leyes para proteger los derechos políticos por encima de minucias de registro civil o domicilio? Leyes para la protección; no para el estorbo.

Xóchitl Gálvez explica el desaseo administrativo en la delegación Miguel Hidalgo; la inflamación de la nómina y la posibilidad de hacer muchos ahorros, las cosas habidas y las cosas inexistentes.    Y Xóchitl dice “no había dinero para comprar computadoras porque todo se va en la nómina”, todo se va en pagar empleados y más empleados, recomendados y gentes para engordar las nóminas y no dejan espacio para el gasto de inversión.
Ella promete ahorrar mil millones de pesos en toda su gestión y eso sea posible o no, recuerda la fragilidad de su triunfo: por poco no llega ni a la competencia por un problema de vecindad, oriundez o como se quiera, porque hay una extraña trenza entre lo jurídico, lo político y lo electoral.
Los requisitos para ejercer el derecho constitucional de votar y ser votado a veces se hacen exclusivamente con la finalidad de frenar a alguien.

Por ejemplo, después del triunfo de El Bronco, cuyo caso es muy notable por ser el primero en lograr “por la libre” un Gobierno estatal hay gobiernos —como el de Puebla— en los cuales se empieza a legislar para hacerle absolutamente imposible a un independiente llegar a la papeleta; ya no digamos ganar, siquiera llegar a la papeleta, registrarse.
Pero eso ha ocurrido con frecuencia. Recuerdo varios casos.
Por ejemplo con Porfirio Muñoz Ledo en Guanajuato, quien no pudo invocar exitosamente el derecho de sangre de una familia de Guanajuato. Andrés Manuel López Obrador por poquito no llega porque se le incumplía el requisito de residencia, porque su credencial de elector tenía como domicilio la calle de Monterrey en donde estaba el Partido de la Revolución Democrática.
Ahora en Oaxaca se le presenta la misma situación a Alejandro Murat a quien ya se le quitó lo oaxaqueño porque hay una exigencia de años de residencia reciente a los cuales –mexiquense por empleo y trayectoria política—, opone el nacimiento de sus padres lo cual lo hace tan oaxaqueño como cualquiera. Como Gabino Cué, quien nació en Puebla o Diódoro Carrasco nacido en el DF.
¿Cómo lograr leyes para proteger los derechos políticos por encima de minucias de registro civil o domicilio? Leyes para la protección; no para el estorbo.
Ese tema debería ser materia de especialistas más calificados. ¿De veras lo jurídico debe normar los derechos o debe proteger los derechos?, y, ¿cuáles son esos derechos?
Bueno, otro ejemplo:
Vicente Fox no hubiera podido ser Presidente si no se cambia un artículo restrictivo y un tanto nacionalista de la Constitución el cual decía: para ser candidato a la Presidencia era necesario ser hijo de padres mexicanos por nacimiento.
O sea, el lugar de nacimiento de los padres, se convertía en una limitante para el ejercicio político de un mexicano por nacimiento. Culpas de la genética, la geografía y la casualidad, en todo caso.
Eso se cambió y Vicente Fox pudo llegar.
Cuando se cae en un obstáculo jurídico limitante del ejercicio de los derechos políticos, se incurre en la violación de los Derechos Humanos y es en donde estamos viendo esta interminable espiral de alegatos y confrontaciones cuya solución –a veces, como en el caso precursor de Jorge Castañeda—, termina fuera del país.
BRAVO MENA
La Comisión Anticorrupción en el Partido Acción Nacional podrá lograr muchas cosas, menos resultados.
Maravillosamente elusivo, ambiguo y a su modo grandilocuente, Luis Felipe Bravo Mena, a quien Ricardo Anaya le ha encargado (dice él) tan “menudo paquete en la espalda”, se ha convertido en estos días en un magistral discípulo de Cantinflas.
Vea usted esta maravilla sobre cómo se gestó la corrupción sin nombres ni apellidos, hasta ahora:
“Perdimos la vigilancia por las maneras y las formas y luego la manera de ejercer el poder”; chato…
“La indicación que me hizo el presidente Anaya –ha comentado con seriedad espartana—, es que vayamos a fondo, que lo hagamos en serio, no desordenadamente, no para generar un incendio interno. Sino cuidar las normas, las formas y las instancias (oiga usted) por las que haya que procesar los casos. No es solamente la parte punitiva, es crear una línea de prevención”:
O sea, es una comisión para sancionar, para evitar o para todo lo contrario, ¿verdad?
Aquí el niño pregunta:
¿Y los “moches”, apá?; ¿y Padrés, apá? Y…

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