La insurrección, el fuego y la campaña/ El Cristalazo

- en Opinión

Quizá el primero de mayo de 2015 quede en la memoria de los jaliscienses como una fecha de tan alta repercusión sicológica tal como ocurrió el 22 de abril del año 1992, cuando el sector “Reforma” de Guadalajara, prácticamente se partió en dos con la enorme grieta de una explosión increíble y destructiva, pero accidental, negligente e irresponsable.

No puede gobierno de México regresar la paz al país
No puede gobierno de México regresar la paz al país

Hoy el estallido llega por la deliberada, larvada e incubada insurrección de los delincuentes del Cártel de “Jalisco Nueva Generación”, cuya capacidad de fuego y desafío marca un antes y un después en la historia reciente de la violencia de narcotraficantes dispuestos a no perder una guerra declarada hace ya muchos años y la beligerancia insolente de los grupos de la delincuencia organizada, ante quienes el Estado requiere mejores mecanismos de actuación y mayores posibilidades de control.
No era Jalisco zona de violencia endémica de esta naturaleza (ahora sabemos lo contrario cuando emerge de los sótanos una erupción de esta magnitud).
No se trata de la abierta y crónica actividad de guerrilleros y radicales de izquierda de Guerrero o el descontrol permanente sin control institucional de Michoacán o Oaxaca, ni tampoco de la industria ubicua y de intercambio de drogas de las zonas fronterizas como Tamaulipas; no, este es un caso ante cuya explosión insólita no se habían visto ni siquiera las primeras crestas del iceberg flotando inocentes sobre el océano de una aparenta paz oceánica de la antigua Nueva Galicia.
Dijo el presidente Enrique Peña, a poco de conocerse los hechos:
“A partir del desarrollo de los acontecimientos que se están teniendo en este momento –al mediodía—, en una operación para la seguridad, precisamente del lugar, de Jalisco, el combate realmente a un grupo delincuencial de alta peligrosidad que se había anidado en esa zona, y el secretario de Gobernación, en el transcurso del día hará las declaraciones correspondientes”.
En estos ataques hay dos elementos cuya naturaleza debe observarse con detenimiento. El primero, la expresión de abierto desafío ante una realidad institucional, hoy lo sabemos, de alta fragilidad.
Y dos, la existencia de una organización de alta peligrosidad cuya capacidad de respuesta no había sido siquiera imaginada por los órganos de Seguridad Nacional,  o bien el estallido propiciado por el desajuste de los equilibrios siempre presentes en una zona de estas características. Nido peligroso con crías de dimensiones desconocidas, es cuanto el presidente nos sugiere con una declaración de esta naturaleza.
Recordemos las noticias y comparemos su dimensión con cualquier otra respuesta conocida, incluidas las más recientes de Tamaulipas.
“(EX) Tres militares murieron hoy en el estado de Jalisco tras el ataque de un grupo armado al helicóptero en el que viajaban, mientras que tres más están desaparecidos, informaron fuentes oficiales.
“A bordo de la aeronave se trasladaban 18 elementos: cinco de tripulación, 11 pasajeros militares y dos agentes de la policía federal.
“La Secretaría de la Defensa Nacional informó en un comunicado que tropas militares, al realizar reconocimientos aéreos, localizaron un grupo de vehículos con personas armadas, sobre la ruta Casimiro Castillo-Villa Purificación, en el estado de Jalisco, quienes agredieron al personal militar con disparos de armas de fuego.
“Los disparos impactaron al helicóptero Cougar en el que viajaban, lo que ocasionó que se realizara un descenso de emergencia”.
Posiblemente la más cercana advertencia o antecedente haya sido la emboscada al personal político federal el pasado día 7 en Jalisco. Veamos:
“(EX).- Al menos 15 policías muertos y otros cinco heridos dejó una emboscada de presuntos miembros del crimen organizado en Jalisco.
“La fiscalía del estado señaló que tanto fallecidos como heridos eran parte de la Fuerza Única Jalisco, la corporación policial estatal.
“El comisionado de Seguridad Pública del estado, Alejandro Solorio, dijo en un mensaje a la prensa que “fueron emboscados” cuando viajaban de la localidad de Puerto Vallarta, hacia la capital estatal, Guadalajara.
“Horas antes, la fiscalía había informado de la emboscada, en un ataque atribuido a una reacción por la reciente muerte de un presunto líder local del narcotráfico.
“El ataque ocurrió la tarde del lunes, un comando armado atacó a tiros a miembros de la policía estatal en una zona serrana del estado, lo que derivó en un enfrentamiento.
“El hecho se produjo en una carretera de la comunidad de Soyatán, Jalisco, a unos de 700 kilómetros al oeste de la ciudad de México.
“El estado es considerado el bastión del llamado Cártel Jalisco Nueva Generación, un grupo del narcotráfico, aunque la Fiscalía no señaló si los atacantes pertenecían a esa organización…
“…La policía del estado ha sostenido algunos enfrentamientos, en las últimas semanas, con presuntos miembros del crimen organizado, en uno de los cuales murió un hombre identificado como Heriberto Acevedo Cárdenas, “El Gringo”, supuesto cabecilla local del narcotráfico”.
La delincuencia ha lanzado el más aberrante desafío. Ya hasta las bajas militares confirman la dimensión del reto. La respuesta debe ser enérgica y definitiva.
Este es momento para confirmar y utilizar, “toda la fuerza del Estado.”
NUEVO LEON. Mientras tanto, el sol cae a plomo sobre el municipio de Guadalupe, donde Ivonne Álvarez ya ha sido alcaldesa y ahora vuelve a su tierra (ahí tiene domicilio e historia personal) para pedir el voto. Su campaña es intensa y a ras del suelo, como dicen los políticos de ahora. Los pantalones de mezclilla, la blusa blanca.
Vienen las porras sobre el camellón de la colonia Valle Soleado. Los niños juegan mientras un payaso de enormes zapatones y nariz de pelota roja los entretiene. Las madres los cuidan mientras el calor se hace presente. Hay quien reparte refrescos.
—Ahí viene, ahí viene.
La candidata llega y les habla a los vecinos, les dice de las necesidades cuya raíz conoce, les habla de guarderías, de un mejor horario y más médicos para el Centro de Salud, les promete becas y les dice:
—Cuando vengan los otros, díganles que ya llegaron tarde, que este es territorio del PRI, que ya estamos aquí, que no vamos a fallarle a la gente…”
Y todos, hasta ese compadre de amplio abdomen trepado en la azotea de su casa de dos pisos, ríe y aplaude y el clímax llega cuando el grupo musical de “Pedro Silva y la tropa” se revienta una música pegadora y tropical, del Caribe colombiano, con acordeones de vallenato y güiro de lámina acanalada, y el pueblo alegre le pide a la candidata ¡que baile, que baile!
Y ella, entregada al entusiasmo de la gente, sube a bailar al templete a dos vecinos con playeras rojas, y danza con una sonrisa sabia y le aplauden y le sonríen y no la dejan después llegar a la camioneta entre jalones, besos y abrazos para la “selfie”, la nueva invitada a todos los mítines. La “selfiemitin”.
—“…Qué le voy a hacer; dice, esta es mi gente. Ya me saben, ya me conocen… y me quieren.”
La camioneta se aleja y en el aire cálido de la media tarde apenas se quedan flotando, bajo las torres de la alta tensión, las notas de la “Cumbia sampuesana”.

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