CFE: Una empresa de clase delincuencial

María del Pilar Espíndola, sufre flebitis y debe estar acostada la mayor parte del tiempo.

Eran 09:30 de la mañana. Afuera del domicilio ubicado en Simón Bolívar se encontraba a mi espera el señor Santiago Enríquez Espíndola quien había solicitado a una servidora una entrevista para denunciar una desesperante situación con relación a la corrupción en la que se desenvuelve la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la conurbación Veracruz-Boca del Río.

Al ingresar a su casa, el señor Enríquez Espíndola me explicaba a groso modo la situación tan crítica que en ese momento está padeciendo su madre, quien se encuentra postrada a causa de un padecimiento en sus piernas, el cual le impide poder caminar por su propia cuenta.

“Mi madre tiene que estar acostada la mayoría del tiempo pues padece de un problema de circulación arterial en sus piernas a causa de su sobrepeso,  situación que le ha provocado padecer de flebitis y erisipela (…) Padecimientos que se nos ha complicado sobrellevar por la falta de electricidad en nuestra casa (…) Mi madre a falta de la movilidad, tiene que estar en un lugar fresco, ambiente que le combinamos con el aire acondicionado y en otros momentos con ventilador” explicó Santiago Enríquez.

El propietario de la casa e hijo de la señora María del Pilar Espíndola viuda de Enríquez me condujo hacia la recámara donde yacía su madre acostada y la cual, pese a la incómoda situación que se encuentran padeciendo desde hace 17 semanas, me sonrío y sacudió su mano en forma de saludo.

“Mire como estoy” aludía a sus piernas que exponía al tirar de la sábana que las cubría. Sus piernas sorprendentemente hinchadas evidenciaban que la mujer realmente yacía mucho tiempo postrada y la falta de electricidad complicaba en demasía el soportar el lecho.

Santiago Enríquez expresó que la situación y hostigamiento de la Comisión Federal de Electricidad comenzó desde que trabajadores de la CFE arribaron a su domicilio con la finalidad de cambiarle el medidor de disco por uno satelital. Su hermana –quien en ese momento se encontraba cuidando a su madre- se negó a aceptar dicho cambio y los sujetos procedieron a marcharse. Todo esto, trascendió a principio del mes de agosto, pero jamás imaginaron que negarse al cambio de medidor, contraería toda la serie de infamias que tanto el superintendente, Manuel Alejandro Aguilar Aguilar y sus subordinados han ejecutado en su contra y de la sociedad veracruzana.

El 09 de agosto del año en curso, nuevamente personal de la paraestatal arribaron al domicilio de la señora María del Pilar, pero esta vez, llegaron con una fotocopia de una fotografía y el reporte de corte a causa de que supuestamente los sujetos, habían encontrado en el medidor del domicilio un “diablo”, el cual indicaba que se encontraban “robándose” la luz. Sorprendido e indignado, en ésta ocasión quien los increpó fue Santiago Enríquez y les alegó que era ridícula su acusación, pues si estuvieran “robándose” la electricidad como cobardemente ellos señalaban, no estuviera pagando de tres a cuatro mil pesos bimestrales y además el recibo se encontraba finiquitado.

La discusión los disuadió en ese momento de limitarle el servicio, pero le “recomendaron” que fuera a las oficinas de la CFE ubicadas en la avenida 20 de noviembre para su aclaración pertinente con el contador Gerardo o Gustavo Sol. Arribó al lugar y el hombre a quien le pidieron viera, le expuso la situación del problema y le notificó que su multa por “robarse” la luz era de 110 mil pesos por concepto de energía ilícita.

Contrariado, regresó a su casa y fue hasta el 11 de agosto [sin que se dieran cuenta de la hazaña] que trabajadores de la CFE, volvieron a presentarse a su domicilio para llevar a cabo el corte del servicio. También decidieron llevarse el medidor. Esto hecho hizo que él se viera en la penosa situación de interponer una denuncia ante Roberto López, fiscal Orientador de la Atención Temprana. Acta circunstanciada con número 2117/2016 con fecha 12 agosto del 2016 a las 12:00 horas.

El 29 de agosto, decidió trasladarse a las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad ubicadas en la avenida Díaz Mirón, con la finalidad de solucionar y conocer más a fondo el problema. Ahí solicitó, Santiago Espíndola, una audiencia con superintendente, Manuel Alejandro Aguilar Aguilar.

“El superintendente aceptó la audiencia y cuando ingresé en su oficina, también se encontraba en su interior el señor, Lorenzo Piedra y Leoncio Pérez (…) Le expliqué todo el problema (…) Por cierto me recibió muy amable y “educado” (…)  Y me dijo que eliminaría la “multa” de 110 mil pesos, pero si permitía que pusieran el medidor satelital y que por medio de él lo estarían monitoreando (…) Acepté porque se me hizo lo justo”. Es el modus operandi del titular de la CFE, te condono pero te impongo el medidor satelital para robar a placer la energía eléctrica.

El medidor fue colocado ese mismo día. Pero para sorpresa tanto de Santiago, su hermana y su madre, el 09 de octubre del año en curso, volvieron a cortarle el suministro de energía eléctrica, pero está vez, desbastaron todos los cables, hasta el que conduce de la mufa hacia el poste. Volvió a presentarse con el contador Sol en 20 de noviembre y este le externó que existía otro “ajuste” por concepto de multa de 19 mil pesos.

“Realicé mi queja ante la Procuraduría General del Consumidor, en donde he sido atendido –pese a que otro asesor es la que llevará a cabo mis audiencias- por parte, que es Margarita Ortega Martínez, jefa del departamento servicios, quien se ha humanizado y buscado la forma que la Comisión Federal de Electricidad nos vuelva a conectar el suministro eléctrico (…) También realicé mi denuncia en la Defensoría Pública [10 de octubre del 2016] en donde estoy siendo atendido por parte del abogado, Francisco Garrido Calderón”.

La Profeco ha realizado contacto con una mujer llamada, Ingrid Meléndez, que el aparecer es quien atiende las quejas que la dependencia federal creada para la protección de los consumidores. Esta trabajadora y con un puesto de importancia dentro de la CFE es quien recibe las quejas realizadas en la procuraduría. Margarita Ortega y la propia delegada de la Procuraduría General del Consumidor, Elizabeth Morales García, han solicitado a Meléndez que por “humanidad” le conecten el servicio a Santiago Enríquez y a su madre, María del Pilar Espíndola, quien se encuentra postrada en su cama como consecuencia de un problema en sus piernas. Y que el proceso continúe trabajando ante las instancias que se ha denunciado.

La mujer [Ingrid Meléndez] ha hecho caso omiso, obviamente por órdenes del superintendente, Manuel Alejandro Aguilar Aguilar [ese mismo tan “amable” para darle una cara a las personas que solicitan su audiencia, pero tan impúdico], quien se conduce de manera deshonesta y ordena que su personal a su cargo, instale clandestinamente “diablos” para con ello conseguir que los usuarios que utilizan los servicios de la CFE caigan en una trampa de infamias y multas indebidas impuestas por parte de la compañía y con ello, conseguir millonarias sanciones improcedentes.

Es importante advertir que ayer mismo antes de la entrevista a Santiago Enríquez; en su buzón se encontraba el recibo de la CFE correspondiente al bimestre que comprende del 08 septiembre al 09 de noviembre del 2016, donde se establece que dicho domicilio ha consumido dos mil 157 kilowatts y el monto a pagar es de cinco mil 839 pesos.

En dicho recibo se pudo constatar diferentes anomalías.

1.    Que derivado de la instalación del medidor satelital [antes de que se lo robaran los propios trabajadores de la CFE] el señor Enríquez Espíndola hizo una contabilización diaria del medidor. En 44 días [que fueron los días que contó con el servicio] él contabilizó que el gasto promedio de kilowatts era de mil 300 y por lo tanto, no corresponde a la cantidad que supuestamente la CFE manifiesta en su recibo gastó por consumo de energía.

2.    Que sólo tuvo servicio 44 días y en ese período era imposible haber consumido la exorbitante cantidad de dos mil 157 KW que dice la CFE.

3.    Que si realmente él se estuviera “robando” la luz, como el superintendente Manuel Alejandro Aguilar Aguilar establece, ellos no estuvieran pagando cantidades exageradas de tres a cinco mil pesos por bimestre. Su consumo sería más bajo.

4.    Que el superintendente es una persona que no tiene palabra y busca perjudicar de manera constante a la población. Es significativo resaltar que el promedio de quejas que la Profeco recibe en el mes, el 70 por ciento corresponde a la Comisión Federal de Electricidad, por los abusos que está comete y por los excesivos recibos del suministro eléctrico.

5.    Que al parecer Alejandro Aguilar Aguilar encontró la forma de vida para ganar dinero indebido a través de los excesivos cobros y además de la operación clandestina de “diablos” a las viviendas con la finalidad de imponerles multas millonarias.

Es transcendental advertir que el día de ayer se intentó establecer contacto con Aguilar Aguilar a través de una llamada a la oficina de Díaz Mirón. Su secretaria particular, Ana Pineda fue quien recibió la propuesta e interés de la  entrevista. La mujer, expuso que preguntaría al superintendente de la CFE para establecer el día y la hora de ella. Expuse que tenía que ser para el mismo día, luego de que la información de la denuncia [le brindé información del caso y el número de servicio en el recibo] la iba a manejar en ese día. Hasta ahora, nada. El titular de la CFE de la conurbación Veracruz-Boca del Río, simplemente se negó a dar una explicación por el abusivo trato a la sociedad veracruzana y sobre todo, por su inmoral y deshumanizada actitud que tanto su subordinada Ingrid Meléndez y él, establecen.

Teléfono de las oficinas de Díaz Mirón de la CFE [dónde contesta Ana Pineda] es el (229) 9892301

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