El PAN apocaliptico

Ricardo Anaya le aprobó al PRI y a EPN todas las reformas que tienen al país sumido en la pobreza y la inseguridad

La comicidad del PAN raya en lo absurdo. Un candidato disfrazado de pre, que baila y toca al son de Yuawi, dicharachero para congraciarse generacionalmente  con los  millennials, miente apasionadamente ante el PRI,  mismo que lo ha doblado a sus caprichos, además de ser su socio y cómplice. Sobrevive dando votos de “regalo” a los que recibió  en forma cínica.

Un partido, que le ha “partido la madre” a la Nación, junto a su satélite, el prostituido PRD, y  que cuenta ahora con una  rústica versión del “verde que te quiero verde”,  el  movimiento naranja.  Unidos en un frente sin ciudadanos, muy estrecho y contra México,

El MC vendió “su alma al diablo” para convertirse en el verde de Acción Nacional. Con ello Dante Delgado niega su formación estudiantil, cuando fue enviado por Echeverría  al Chile de Salvador Allende. Desconoce la visión antropológica de Don Gonzalo Aguirre Beltrán, manda al “carajo” la experiencia política de Fernando Gutiérrez Barrios, la que recibió siendo su secretario de gobierno, lo que le permitió, después,  sumarse al muy reducido número de los mejores gobernadores de Veracruz. Dante, ya como alfil frentista, respalda la candidatura reeleccionista, producto del nepotismo de  Yunes Linares. Culpó a Zedillo de su encarcelamiento, haciéndose “guaje”  de que la cárcel que lo albergó era  veracruzana, al igual que el Procurador que lo inculpó, así como las fuerzas policiales que lo aprehendieron. Zedillo solo logró “sacar la lengua”,  pero todo el proceso judicial se consumó con la dupla Yunes-Chirinos, en ese orden. No cabe duda la búsqueda de la charola produce amnesia y despoja valores.

El nuevo PAN, el de Ricardo Anaya, el que se alió con el PRI  para aprobar todas las reformas estructurales que tanto daño han hecho al país, el que se responsabilizó autorizando el incremento criminal de la deuda pública en los últimos dos sexenios, los del amasiato PANPRI, coautor de las alzas de gasolina, luz. El guionista/libretista de la privatización del sector energético, eléctrico y de los sistemas de salud y educación. Ese PAN de doble moral, desideologizado, solo defensor de sus intereses, gracias a sus mañoserías.

No solo de pan vive el hombre” sin embargo el PAN se ha atragantado de lo que le corresponde al hombre, de lo que este produce, de su fuerza de trabajo, de no satisfacer sus necesidades básicas en salud, educación y empleo.

El PAN de Diego Fernández de Ceballos fundamentó el fraude electoral de 1988 al autorizar la quema de boletas electorales, y así  evitar el conteo voto por voto. Se alió a Salinas de Gortari para crear la figura jurídica que le abriría  espacios para asumir gubernaturas, alcaldías y posiciones legislativas, figura que se denominó concertacesión, definida como el “Acto por el cual, en casos en los cuales los resultados oficiales de las elecciones no responden a una realidad sentida y constatada por electores, candidatos y partidos políticos, se destituye al ganador oficial y se cede el poder al candidato del partido que considera realmente haber ganado. Este fenómeno político es la concertacesión”. (MENDOZA Y ROMERO, Diccionario Electoral. INEP).

El jefe Diego se convirtió en el personero, asesor jurídico, especialista en el cabildeo del Congreso, para consolidar el modelo neoliberal.

Con el PAN de Vicente Fox, presidente gracias al cambio constitucional de Salinas, al dar entrada a hijos de extranjeros en la contienda presidencial. Con Fox el cambio nunca se dio, sin embargo, cedió a todos los caprichos neoliberales para impulsar a su consorte a la presidencia y dejar “manos libres” a sus entenados al acaparar la vivienda popular para reciclarla, en asociarse con  Oceanografía para fortalecer la privatización energética.

Con Fox el país tuvo tasas cero y menos uno en el crecimiento del PIB, la deuda pública se duplicó a la heredada por Zedillo. Además, los grandes desaciertos de Fox: “Eso se ve y se impone cuando observamos el fracaso en relación con el conflicto en Chiapas, el divorcio profundo entre los poderes legislativo y ejecutivo, la crisis del aparato de seguridad pública y la ausencia alarmante de decisiones de gobierno” (Jaime Sánchez Susarrey, Nexos).

Con el advenimiento del PAN de Felipe Calderón, se inicia el respaldo de cientos de miles de votos del priismo, vía Peña Nieto y Elba Esther Gordillo. Ante el fraude electoral, pese al apoyo del PRI y la ausencia total de autoridad moral, jurídica e institucional se da “el banderazo” a la supuesta guerra contra el crimen organizado, que resultó ser una lucha por el poder del narco, apoyando a unos y tolerando la desaparición de otros. El resultado sexenal con más de 120 mil muertos, cientos de miles de desaparecidos y la diversificación operativa del  crimen organizado en secuestros, feminicidios y trata de blanca, tráfico de órganos infantiles, asaltos bancarios y robos a casa habitación. La etapa de Calderón tuvo el mérito ineludible de hacer desaparecer Mexicana de Aviación para impulsar el monopolio aéreo con Aeroméxico, Volaris (de Pedro Aspe), Interjet (de Miguel Alemán), la anulación de la empresa paraestatal de Luz y Fuerza del Centro, que tenía bajo su control la fibra óptica y la banda ancha,  para ser entregadas a las televisoras privadas nacionales y a los grandes consorcios eléctricos trasnacionales,  administrados por José Córdoba Montoya, artífice de  Salinas, y así dar inicio a  la privatización de la energía eléctrica nacional, misma que “mexicanizó” Adolfo López Mateos, que  en su ya clásica carta a la Nación expresó: “Les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros. Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo”. Ambos ya entregados a los intereses extranjeros y el PAN participó con sus presidentes, gobernadores, legisladores, además como partido político signó el Pacto con México junto al PRD en alianza cínica e inmoral con el PRI,  contra la soberanía e independencia  nacional.

Bien dicen dichos populares: “Al pan se arrima el perro” y como colofón “A falta de pan, buenas son tortas”,  ya ahora reparten pizzas, reparten tarjetas y despensas. Recordando a Pepe Murillo que siempre insistía en: “ya no hay moral, hermano.. ya no hay”.

 

 

 

 

 

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