La casa de Moisés Sánchez Cerezo se ha convertido en una prisión. Hace 11 meses no contaba con protecciones extremas como la que actualmente mantiene. No había cámaras de seguridad, mallas electrificadas en las bardas, ni tampoco su familia se tenía que ver en la necesidad de ser “celosamente” vigilada por policías estatales, ni andar con escolta. Todo era normal, todo era más sencillo, pues hasta sus nietos tenían la posibilidad de jugar libremente en las cercanías del domicilio.
El 2 de enero del 2014 es –no tan sólo para su familia- una de las más lamentables pérdidas para la prensa local. Sin considerar o pensar en el riesgo que estaba, Moisés Sánchez Cerezo, ese día se preparaba para ir descansar, cuando, un comando armado irrumpió en su hogar y lo sustrajo con lujo de violencia para posteriormente ser subido a un automóvil. Policías municipales y estatales se mantuvieron al margen, pese a tener conocimiento pleno sobre la situación en la que se encontraba el periodista. Todo estaba perfectamente diseñado para realizar el “levantón” y no ser molestados. Con toda tranquilidad pudieron cumplir con la orden: secuestrar y posteriormente asesinar brutalmente a “Moy”.
Moisés Sánchez Cerezo, era un reportero y activista social del municipio de Medellín de Bravo, quien alternaba el periodismo con el taxi, trabajo que le daba oportunidad de llevarle el sustento a su familia y además, detectar las problemáticas de la zona para luego, transformarlo en una nota informativa, crónica o reportaje. Se podía considerar como un intolerante a las injusticias de los servidores públicos, por ello, también se le podía ver en el parque municipal –frente al ayuntamiento- con bocina y micrófono en mano, exigiéndole al alcalde que le cumpliera a la ciudadanía.
Todo ello fue el causal para que el alcalde panista-priísta, Omar Cruz Reyes pidiera ayuda a sus amigos los “poderosos” y así actuar en detrimento del periodista, Moisés Sánchez. Desde una oficina de gobierno se ordenó –como toda una mafia- para que fuera secuestrado, torturado brutalmente y posteriormente asesinado y después ser arrojado a un camino rumbo a Manlio Fabio Altamirano
“El día de la sustracción de mi padre, me cambió la vida en un segundo. La rutina que yo llevaba antes de su secuestro, era totalmente diferente (…) Jamás consideré ni por un momento pensar en realizar las cosas que he ejecutado ahora para exigir justicia a mi padre (…) He tenido que caminar por un camino muy accidentado, como lo es mal llamada “justicia”, donde tristemente hemos constatado en carne propia que no existe para quienes somos ciudadanos, gobernados por corruptos (…) Dónde la “justicia” está diseñada para encubrir y proteger, como lo está haciendo con el presunto asesino de mi padre, Omar Cruz Reyes”.
Ataviado con un uniforme de una empresa informativa -donde actualmente trabaja- Jorge Sánchez Ordoñez a sus cortos 30 años, muestra un semblante que no corresponde con su edad. Se nota cansado, pero más que ello, refleja una tristeza instalada desde el día que su padre fue sustraído de su domicilio.
Jorge Sánchez dijo que con la finalidad de preservar el legado de su finado padre, con muchos esfuerzos y con ayuda de Artículo 19 -quien le financió la impresión del periódico La Unión La Voz de Medellín, en formato tabloide por seis meses- editó y distribuyó de manera mensual el periódico en diversas parte tanto del municipio de Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos y hasta en el Distrito Federal. Sánchez Ordoñez advierte que dicho apoyo de la organización internacional ya será interrumpido –pues así había sido convenido- y buscará que otras instancias que coadyuven con la labor que hacia su señor padre y sobre el todo, el esfuerzo que varios periodistas locales que se encuentran realizando aportaciones informativas para con ello, continuar con el periódico de Moisés Sánchez Cerezo, que en un momento hizo y que hasta le costó la vida.
Jorge Sánchez por otra parte manifestó encontrarse indignado y decepcionado por el papel que la Fiscalía General del Estado de Veracruz ha realizado con relación a la única línea de investigación que han dejado abierta. “Existieron otras, pero poco a poca les ha dado carpetazo la FGE y ahora sólo se han concentrado con el único presunto culpable que es el ex presidente municipal de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes (…) Me siento decepcionado, con una profunda impotencia el ver que vamos para atrás y la desilusión de saber que lo que ya sabíamos que iba a pasar, porque sabíamos que la investigación que se hizo en Veracruz estaba mal hecha (…) De las 10 personas que plagian a mi padre, detienen a uno, lo presentan y dicen: “Ya se hizo justicia” (…) Pero dónde están los otros nueve”
A un mes de que se cumpla el año del asesinato de Moisés Sánchez Cerezo, sólo están en la cárcel tres de los policías implicados, quienes fueron acusados de omisión, cuando debieron haberlos procesado por la complicidad en torno del asesinato del periodista. Los otros delincuentes, esos que realizaron el “trabajito” ordenado por altas esferas políticas, se encuentran supuestamente a “salta de malta”, pero a como se dan los actos de corrupción en Veracruz, no dudamos que estén plácidamente instalados en sus domicilios y los delincuentes, delinquiendo en el municipio con toda la libertad y con la protección de la Secretaría de Seguridad Pública.
“Estamos a un mes de que cumpla un año del asesinato de mi padre (…) Es increíble que el tiempo pase tan rápido pero a su vez tan lento (…) Pareciera que fue ayer (…) Han pasado tantas cosas que siento como si hubieran pasado años, en donde sencillamente no vemos solución por parte de la Fiscalía General del Estado de Veracruz y ni tampoco “compromiso” alguno por parte del gobierno federal” expresó Jorge Sánchez Ordoñez, con un mutis de indignación.
Un dato importante que expresó el hijo de Moisés Sánchez, sobre las líneas de investigación que la FGE se ha apresurado a cerrar con la intención de darle “carpetazo” al caso; advierte sobre que Luis Ángel Bravo Contreras está resolviendo únicamente en investigar a Omar Cruz Reyes e impedir con otras líneas de investigación dar verdaderamente con quien ordenó la ejecución de Moisés Sánchez Cerezo. Es como si Bravo Contreras pisara la madeja que lleva al verdadero culpable del homicidio del periodista. Es como si él supiera quien es el real asesino material del periodista. Sus acciones son como si le diera protección.
Es importante señalar que la ejecución del secuestro de Moisés Sánchez, se contó con la participación de los policías municipales y estatales. No es difícil advertir que quien ordena a estos es el propio secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita y sabemos, que tanto los policías municipales, estatales y la Fuerza “InCivil” no actúan si éste, no se los ordena. ¿Es eso lo que protege Luis Ángel Bravo Contreras con una investigación omisa y negligente?
Jorge Sánchez Ordoñez dijo que ahora Omar Cruz Reyes pretende regresar a la alcaldía de Medellín de Bravo, el hecho de solo pensarlo, al hijo de Moisés Sánchez se le encendieron los ojos de rabia y dijo que en el primer momento que este sujeto pise el ayuntamiento de Medellín, se plantaría ahí mismo y le recordaría el asesinato de su padre y también le exigiría que se fuera del ayuntamiento.
“En el momento que el pise ese ayuntamiento, me tendrá ahí de frente, exigiéndole su renuncia y exigiéndole que se presente y se entregue a las autoridades. Diciéndole lo que hemos denunciado y pedirle que si tiene algo de dignidad que se entregue, y que el juez determine si es culpable. A los pocos días de haber sido asesinado mi padre, el ex alcalde de Medellín de Bravo dijo a la prensa que él tenía la “conciencia” “limpia” y tranquila, por ello no huiría, pero a la semana de esa declaración, despachaba por teléfono, luego dejó de hacerlo y antes de ser desaforado –el Congreso tardó cuatro meses para hacerlo permitiéndole con ello pudiera huir- Omar Cruz Reyes se encontraba a “salto de mata”.
“Mi familia y yo actualmente no contamos con las medidas de seguridad necesarias por parte del estado (…) Tampoco nos sentiríamos tranquilos en el caso de que Omar Cruz Reyes retorne a gobernar el municipio de Medellín de Bravo (…) Nosotros estamos expuestos y vulnerables, en cualquier momento podrían ordenar desaparecernos, de accidentarnos y regresando en el poder de este tipo, es como “dormir” con el enemigo”
Indudablemente el acto sería un literal embozo a la corrupción que en el gobierno de Veracruz sabemos existe de manera incontrolable. Imagine usted amable lector, devuelto el gobierno a un presunto asesino, eso le originaría horror hasta el más grande y pertinaz guerrero.
“Sería indignante e insoportable. No solamente por saber que el presunto responsable que mi padre haya sido asesinado esté gobernando nuevamente en Medellín, sería catastrófico para nosotros (…) Imagina la inseguridad que esto representaría para mí y para mi familia (…) Si a mi padre por editar un periódico local y por denunciar charcos, faltas de banquetas fue asesinado de la forma como lo ordenaron, fue mandado a desaparecer, fue torturado y asesinado brutalmente (…) Qué podría hacer Omar Cruz en contra mía y de mi familia, si nosotros no solamente hemos denunciado en un medio local como lo hacía mi padre, sino a nivel estatal, nacional e internacional, lo que ha estado pasando (…) Ahora llegaría con el cobijo de la impunidad, de saber que puede mandar a asesinar a cualquiera y que nadie le hará nada (…) No estaríamos seguros (…) De hecho no estamos seguros actualmente, las protecciones que nosotros tenemos son pocas y ésta persona cuenta con el poder, con los contactos para mandar a desaparecer a cualquiera (…) Juntar a diez individuos con armamento de alto poder, vehículos y protección de policías para hacer lo que sea (…) Sencillamente estamos vulnerables y expuestos (…) No nosotros en cualquier momento podemos sufrir un atentado”
11 meses de la más evidente corrupción estatal. 11 meses en donde la propia Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) no se puede decir que ha sido omisa, sino negligente y corrupta al deslindarse de la investigación y permitirle al fiscal General del Estado de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras manipular las investigaciones a su antojo y a favor de la corrupción imperante en el estado.
La ley, sabemos es una instancia donde la mafia política está totalmente protegida. No existe compromiso. La pisotean a tal manera que la utilizan sólo para encarcelar a personas inocentes y pero jamás esclarecer los asesinatos de los 15 periodistas que han perecido en el mandato de Javier Duarte de Ochoa. Al contrario, victimizan a las víctimas, las destruyen ante opinión pública pretendiendo manejar que estos eran las dichosas “manzanas podridas” que aludió el gobernador de la entidad veracruzana en la cena de la “Libertad de Expresión” con los representantes de los medios de comunicación en Poza Rica.
Luego del asesinato de Rubén Espinosa, quien ya cumplió cuatro meses de la más agravante y corrupta impunidad, se supo que de manera “secreta” el mandatario tuvo una “reunión” con periodistas, fotógrafos y camarógrafos de diversos medios de comunicación. No era una tertulia. Fue un encuentro nada grato porque se dice que Javier Duarte de Ochoa les leyó la cartilla.
“Se prohíbe continuar en manifestaciones exigiendo el esclarecimiento del asesinato de cualquier periodista (…) Se prohíbe dar cobertura a otras de cualquier tipo que se ejecuten en la entidad en contra del gobierno (…) Se prohíbe grabar o tomar fotografías a policías (…) Se prohíbe criticar a mi gobierno a través de las redes sociales”.
Se prohíbe respirar, porque Javier Duarte, el arbitrario, el dictador, así lo exige. Comprendo entonces el por qué muchos colegas dejaron de publicar en las redes sociales. No me sorprende que este sujeto exija, lo que me sorprende es que los medios de comunicación pagados con “saliva” le tengan tanto miedo que expongan a sus trabajadores de la forma como lo hacen.
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