Los candidatos del elefante blanco/ Fuera de Foco

Al parecer la «funcionalidad» del actual presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Luis Fernando Perera Escamilla, ya no le rinde la protección necesaria a Javier Duarte de Ochoa, que ya desistió -o lo desistieron- para inscribirse al cuarteto –que parece comparsa por la cantidad de postulantes- para participar en el puesto que está próximo a dejar el 29 de enero del 2016.

Se habla que ya se inscribieron cuatro «candidatos». Uno, corresponde al Rafael Ortiz Castañeda, pretensión que no es noticia para nadie, pues éste había infiltrado su intención desde tiempo atrás  en los diferentes medios de comunicación oficiales.

Namiko Matzumoto Benítez, comparsa del estado en la Comisión Estatal de Protección a Periodistas
Namiko Matzumoto Benítez, comparsa del estado en la Comisión Estatal de Protección a Periodistas

Quien también fijo su postura es Namiko Matzumoto Benítez, secretaria ejecutiva de la Comisión Estatal para Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) a quien se le acaba el «hueso» y por ello, pretende perpetuarse en el poder siendo la presidenta de la CEDH. Es decir, salta de un elefante blanco a otro. Se dice que ésta es la “favorita” del gobernador y como no, cuando ha sido muy “eficiente” para ser todo un muro de contención y convencer a las familias de los periodistas asesinados a que no denuncien públicamente. Su ineficiencia en el cargo, la hace posible postulante del cargo, pues el gobernante en turno es lo que requiere, alguien total y absolutamente corrupto.

Jacqueline García Hernández, diputada local del Partido Nuevo Alianza (Panal) –partido satélite del PRI- y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables y Migrantes del Congreso del Estado, se inscribió el día de ayer también, siendo este el último día para hacerlo. Su papel para la protección de los grupos vulnerables y migrantes ha sido inocuo, siempre a fin de las necesidades de quienes los violentan, que al parecer trabajan muy de la mano con el propio gobierno estatal. No dudamos que hasta cuota le han de pasar para poder “trabajar” tranquilos y arremeter contra estos sectores que la legisladora supuestamente “protege”.

Enrique Córdoba del Valle, catedrático y licenciado en Derecho de la Universidad Veracruzana, doctor en Derecho Público, con posgrados y autor de más de 10 libros con relación a su profesión. El más idóneo, pero el más débil por ser quien realmente cumpliría con el cargo.

Tradicionalmente también el presidente de la CEDH se inscribía para poder contender nuevamente por el puesto. Lo curioso, es que Luis Fernando Perera Escamilla al parecer ya no pretende participar y hasta se tomó el tiempo de enviar al grupo privado de WhatsApp de la CEDH, donde expuso lo siguiente:

Estimad@s Amig@s. Por este medio les comunico que tome la decisión personal de no inscribirme en el Proceso de elección para la CEDH. Les agradezco a TOD@S su apoyo y comprensión. DIOS LES BENDIGA HOY MAÑANA Y SIEMPRE.

Indudablemente Perera Escamilla dejó de ser “útil” para el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, que lo obliga a auto descartarse para poder contender nuevamente en la presidencia del elefante blanco. Actualmente el que mal gobierna el estado, en su enfermizo afán de pretender controlar todo el aparato político e instancias creadas para la protección de diferentes sectores, forzadamente. Sabe que las próximas elecciones para contender a la gubernatura su partido está en riesgo de perderlo, por el mal papel que ha ejecutado y por lo abusos que ha perpetrado en contra de toda la sociedad y el aparato productivo. Se piensa omnipotente y por lo tanto ordena a diestra y siniestra utilizando el estómago para la toma de decisiones.

Pero nada eso le servirá en un futuro ya más próximo. En Veracruz, los ciudadanos se encuentran hartos de todo lo que huela a su mandato. Javier Duarte se ha convertido en el hombre más repudiado por la  sociedad veracruzana. Ahora no lo reciente, porque se cree “poderoso”, pero está a unos cuantos días para que su “imperio” se extinga como una mecha sin gasolina en un baldío nevado. 2016 se convertirá en la bola de nieve que ha estado rodando por castrantes cinco años de mala administración y que ahora, le será arrojada desde la pendiente más alta en su contra, para que lo aplaste.

La factura se la pasará la vida misma, pagará con lo que más le duele, porque nadie se salva de ello. No existe un ser en el estado de Veracruz, que pida que este remedo de gobernante pague cada una de los actos que ha mantenido en contra de los ciudadanos; es un deseo vehemente intenso que debe de producir frutos. Javier Duarte de Ochoa y sus lacras, podrán “pudrirse” en el dinero que le han robado a todos los sectores que conforman al estado de Veracruz, pero nada de eso le servirá para apaciguar lo que el destino le deparará por todo el dolor que han provocado entre la ciudadanía.

La cobardía perpetrada el día 23 de diciembre del 2015 en contra de nuestros ancianos, ha quedado impresa en el mundo entero. Sabemos que a Javier Duarte su nombre le importa un comino. Lo ha pisoteado a placer con todas las artimañas que ha perpetrado. El hurto, los asesinatos de periodistas, la golpiza -según declaración de los afectados provino de elementos de la SSP- en contra de los ocho estudiantes de la Universidad Veracruzana en junio del 2015, la golpiza en contra de los maestros en 14 de septiembre del 2013 y también, la que elementos de la Fuerza Civil, IPAX y de la SSP le propinaron el domingo 22 de noviembre del año en curso en todos los municipios donde se manifestaban en contra de la prueba laboral –porque de educativa no tiene nada-. En el asesinato de Rubén Espinosa Becerril junto con Nadia Vera, a quienes ultimaron en el Distrito Federal junto con tres mujeres más, luego de que anunciaron en medios nacionales, su autoexilio a causa de que hombres vestidos de civil y con características de pertenecer a la SSP, los seguían –por mencionar algunos de todos lo que ha hecho en contra de los ciudadanos-.

Dicen que el que “hierro mata, a hierro muere”. Cada quien escribe el destino que decide tener. Ni por ser tan “Guadalupano” le podrá salvar a Javier Duarte de las culpas contraídas por las malas acciones perpetradas en todo el mal gobierno ejecutado. Sabemos que la justicia de la tierra no procederá para exigir el juicio político que merece a ser sometido, pero, la factura, le será enviada en el justo momento.

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