Otro paso a la advertencia/ El Cristalazo

- en Opinión

Ésta es una oportunidad más para replantear el modelo de desarrollo de la ciudad de México en cuanto a las nuevas inversiones y forma de construcción.

La reducción de agua este fin de semana en la ciudad de México es a un tiempo profecía autocumplida y una nueva advertencia del desastre por venir.
Nunca antes, con tanta contundencia, se había dicho frente a una reparación mayor del acueducto, vamos a poner a la fuerza pública a garantizar la distribución en pipas, lo cual quiere decir simplemente, la irritación social podría causar un incendio cuando no hay agua para apagarlo.
En el año 2002, Maude Barlow y Tony Clarke, publicaron un libro titulado Oro azul; el cual es una larga narración en torno del futuro mundial del agua, cuyo destino no puede ser más pesimista. Por el agua habrá guerras, inestabilidad, escasez de alimentos, hambruna y quien sabe cuántas desgracias más. El quinto jinete cabalga en un potro de agua.
“…Con más personas disponiendo de menos agua, el impacto social político y económico sed la escasez de agua se está convirtiendo en un factor de desestabilización entre los países. Incluso dentro de un mismo país pueden surgir disputas entre diversas jurisdicciones políticas”.
“Por ejemplo, el alcalde (Jefe de Gobierno) de la Ciudad de México ha pronosticado que si no se encuentra pronto una solución para el problema del agua en la ciudad, en un futuro no muy lejano podrían surgir conflictos en el Valle de México…”.
Si el libro fue editado en el año 2002, quien así advertía de los riesgos futuros se llama Andrés Manuel López Obrador.Esa declaración no fue divulgada por la prensa local. O al menos no con la dimensión de su ominosa gravedad.
Por eso es notable la advertencia recientemente publicada:
“La Secretaría de Gobierno capitalino comentó en su oportunidad que en los cuatro a cinco días que durará el mantenimiento del Cutzamala, la Ciudad de México garantiza que habrá distribución de agua para aminorar la afectación”.
“Explicó que habrá un operativo policiaco de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), para atender cualquier expresión social como protestas o movilizaciones por la falta de agua y atender ese derecho en forma rápida, para lo cual se mantendrá en el C4 un monitoreo de 24 horas en la sala de crisis”.
O esta otra:
“…Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federa(SSPDF) vigilan colonias de 13 delegaciones donde esta madrugada se inició la reducción hasta 100 por ciento en el suministro de agua, debido a labores de mantenimiento del Sistema Cutzamala”.
“Los efectos de la falta de agua serán más agudos durante el viernes 29, sábado 30 y domingo 31 de enero. Los días 1, 2, 3 y 4 de febrero serán el periodo de recuperación de niveles en los tanques y presiones en la red de distribución, situación que afectará a 410 colonias…”.
Más allá de la coyuntura de reparaciones mayores al Sistema Hidráulico Cutzamala, cuya vida útil muchos ven cercana a su fin, con todo y los conflictos con el Estado de México derivados del aprovechamiento del agua, ahora se incorpora un nuevo elemento en la discusión: ya no se trata de un servicio público sino de “derecho humano”, lo cual complica todo de sobremanera.
Traslada las cosas del terreno hidráulico al campo ético y de postura para cualquier demagogo.
Pero ésta es una oportunidad más para replantear el modelo de desarrollo de la Ciudad de México en cuanto a las nuevas inversiones y forma de construcción.
Hay más de 20 plazas comerciales en proceso, algunas recientes son tan espectaculares como para incluir en ellas cascadas y laguitos artificiales, como “Oasis”; por ejemplo y por todas partes surgen los condominios y los edificios de apartamentos entre cuyas “amenidades” se cuentan canales de nado y albercas de diferentes dimensiones.
Y ya no se diga la proliferación de gimnasios (lavaderos de narcos, muchos de ellos) cuyo consumo de agua es bestial, sin contar los hoteles de diferentes categorías, con jacuzzis, albercas privadas y demás usos excesivos del agua.
¿Cómo es posible autorizar estos usos del agua en una ciudad en la cual más de 400 colonias se queman sin suministro durante varios días? Pues es posible.
Construir albercas en una ciudad sin agua, cuya dotación se debe traer de lejos, tan lejos como el, Cutzamala; es una estupidez fomentada por la connivencia entre autoridades delegaciones y constructores.

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Comentarios

  1. pues sí pinches burócratas , pero imaginatelos son aquellos idiotas que les vale madre todo, ignorantes y guebones .

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