¿Progreso o precipicio?

José Antonio Meade el candidato del PRI-PANAL-Verde, piensa que los mexicanos somos estúpidos

El precandidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, afirmó que en 2018 se decidirá a quién pondrá el futuro de las familias y las decisiones que nos conducirán al precipicio o al progreso. (La Jornada).

Parodiando al juego infantil “piedra, papel o tijera”, el priista, ex panista, ahora vestido de verde, con mantón gordillista, retando al ya precandidato morenista: precipicio o progreso, con lucida visión harvardiana del clásico serpientes y escaleras, subimos o caemos o lo que es lo mismo tenemos que seguir cayendo, para impedir que el otro suba. “Yo subo, si tu bajas, pero si tu subes, que chinga”.

Progreso: “Se cuadruplicó transferencia de recursos de mexicanos al exterior de enero de 2013 a septiembre 2017, personas y empresas remitieron 106 mil 468.8 millones de dólares”, escalofriante anuncio ya que fue en el periodo del priista Peña Nieto, con Videgaray-Meade en Hacienda. Fuga de capitales por la desconfianza en las fallidas reformas estructurales, el notable incremento de la violencia, (en cinco años supero al sexenio de Calderón). Los recursos enviados por mexicanos a bancos en el extranjero son comparables con las remesas de los migrantes, y lo que es peor “El monto de recursos enviados por mexicanos a bancos en el exterior en este sexenio es mayor al saldo actual de la deuda externa del gobierno federal, que rebasa ya los 90 mil 301 millones de dólares, según datos de la SHCP”. (La Jornada). No tienen madre.

Progreso electorero: El día que PANAL se unió al PRI, para el 2018, la PGR autoriza mandar a su casa a Elba Esther Gordillo. No cabe duda, les pudo, lo que Morena dijo eso de echar abajo la reforma educativa. ¿A poco no?, además Meade declaró: “no hay relación entre el proceso a la maestra y el convenio con el Panal”. – ¡No, no, no, no, María Cristina, que no, que no, – la cantaleta eterna: ¡La Casa Blanca la construí con mi trabajo…Malinalco lo pagué con mi dinero… Odebrecht no me dio diez millones de dólares! Que chulada de país.

Progreso celestial, el Arzobispo Primado de Atlacomulco, quién tomará posesión el 5 de febrero, curiosamente centenario de la promulgación de la Constitución Mexicana, el neo-mexiquense, cardenal Carlos Aguiar “se declaró a favor de la Ley de Seguridad Interior, ya que esta legislación le dará certeza jurídica a la actuación del Ejército” (Proceso). Salve, salve, Díaz Ordaz levántate y camina.

Progreso, según la visión priista, “No, definitivamente la gallina de los huevos de oro de Pemex no estaba muerta, fue un diagnóstico equivocado de Peña Nieto. Curiosamente, ahora que el petróleo está siendo explotado por empresas extranjeras, la gallina puso un superhuevo… El grupo energético italiano ENI elevó el martes sus estimaciones de petróleo y gas en México de 1 a 2 mil millones de barriles, después de finalizar la fase de perforación (¿y no está contemplada “la mentirilla” de Cosamaloapan, eh?) La riqueza petrolera de México ha –volvido, Peña dixit- al extranjero. Ese importante yacimiento de petróleo beneficiará al pueblo italiano, no al mexicano”. (Enrique Galván Ochoa, Dinero. La Jornada). La desvergüenza convertida en cinismo, ahora se llama progreso.

Progreso, según el co-autor del gasolinazo: Pemex sí está regalando su mercado nacional. El mercado de la gasolina de México está llamado a ser el más grande y codiciado de América Latina. En cuatro años de apertura, Pemex cedió el control total de las gasolineras. Los privados ya operan 2 mil 178 gasolineras. No que no, pues sí. Progreso ilusorio ante un precipicio real, fríamente calculado.

Progreso nunca alcanzado, la Secretaría de la Función Pública inhabilita, por el “pecado venial”, le dan castigo de cuatro años a Odebrecht, solo por haber defraudo cerca de 200 millones de pesos a Pemex, su donación de 10 millones de dólares y se ganó dos mil millones de pesos en una sola obra: La refinería de Tula, Hidalgo, pero además le permitirá seguir operando sus inversiones, por la venia del soborno, mordida, embute, como sucedió con los casos en Veracruz Etileno XXI y Grupo MAS. Descaro total.

Progreso en la inseguridad, violencia, asesinatos y desapariciones, con una ley de seguridad interior que atenta contra la soberanía, otorga impunidad a las fuerzas federales, aniquila la disidencia, la protesta social, las movilizaciones de ambientalistas, luchadores sociales, autodefensas, críticos del sistema. El “guadalupanazo” se consagró por el Senado, tres días después. Preservar una nación por el ejército y la iglesia. La fuerza de la fe.

Finalmente, progreso en campaña, el acuerdo Meade con Bringas, dueño de Soriana, para la expedición de nuevas tarjetas al 2018. Tarjetas para comprar el voto, inducir al progreso e impedir el precipicio. Tarjetas iniciadas en el 2012 con Peña Nieto, mejorada en el 2017 con su primo Del Mazo y destinadas a “paliar conciencias” en el 2018 con tarjetas de doscientos a más de mil pesos devaluados. Total, son tarjetas sin saldo.

Mientras tanto, el precipicio, el peligro, “la desgracia nacional” del otrora peligro para México, el que ellos avecinan, equivaldría a retornar a tasas de crecimiento era al 6% del PIB, después de 35 años de no rebasar el 2% anual. Ellos nos hundieron para siempre.

Precipicio que obligaría de reducir la pobreza, provocando la hecatombe en los mañosos procesos electorales. Mejorar la educación que permitiría mentes críticas, resolver la salud pública, todo por una sociedad más justa y equitativa. Levantarse del abismo de la desigualdad, la injusticia y la rapiña.

Los mejores aliados para este tipo de progreso, son y serán, el Gobierno, las grandes empresas de aquí y de acullá, una iglesia “lambiscona”, las fuerzas de seguridad que niegan su origen y sus valores, medios de comunicación coludidos con el desastre, las instituciones vejadas y traicionadas, los recursos nacionales entregados para su saqueo. Un progreso mentiroso, fantasioso y ficticio al que aspiran los boletineros mediáticos, los sermones religiosos y los cientos de miles de spots de radio y TV que han comenzado a invadir a la convulsionada, asqueada y mancillada sociedad de este país empobrecido y violentado. México decide: Precipicio al que hemos caído desde 1982, o el progreso real que deberá transformar al país a partir del 2018.

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