¡Ahí vienen los rusos!

¡Que vienen los rusos! Filme de Norman Jewinson, 1960, con Alan Arkin y Brian Keith, un submarino ruso encalla en un tranquilo lugar de la costa de los Estados Unidos. La tripulación desembarca para pedir ayuda, pero los habitantes del pueblo los toman por invasores.

“¡Ahí vienen los rusos! Mitología mediática de la supuesta ‘intervención rusa’ en México. La Guerra Fría terminó hace tres décadas, Vladímir Putin es uno de los líderes más capitalistas del mundo. Andan muy asustados los periodistas del régimen”. (John Ackerman).

Otra reacción, la de Andrés Manuel López Obrador, en el malecón del puerto de Veracruz, en espera del submarino ruso extraviado y la reacción pueblerina de espanto. El precandidato presidencial bromeó con algunos representantes de la prensa, señalándoles que estaba esperando que emergiera el submarino que supuestamente cargado de oro de Moscú. “Ya ven que el vocero de Peña Nieto se aventó la puntada de decir que el gobierno ruso está metido en mi campaña y que ahora ya vivo del oro de Moscú” y aseguró que vive con el loro que tiene allá en Palenque, que puede ser a ese al que se refiera Javier Lozano, quien me ha rebautizado como Andrés Manuelovich.

Ante la incapacidad política, ausencia total de inteligencia, los partidos “incestuosos”, PANPRIRD, ya no saben cómo desviar las preferencias electorales, evidentes, que se avizoran para el primero de julio del 2018. El peligro para México del 2006-2012, se les revirtió a Calderón y Peña, quienes resultaron ser el verdadero peligro para este país. Después las jaladas, de Fox, retrógrado y senil, de promover con sus aliados “opositores” al chavismo, de mandar a pintar bardas anunciando apoyos a AMLO y Morena, acción que como boomerang “los madreo” de inmediato, tanto con las declaraciones del partido socialista inculpado, como la focalización de los autores reales de la estupidez. Ahora salen, con la barbaridad de vincular al puntero del proceso electoral con las “bolsas de oro” de Moscú, que, desde tiempos de Díaz Ordaz, inculparon a periodistas, políticos y luchadores sociales del movimiento del 68. Las barbaridades tienen origen, implícito y explicito, en el Washington de Trump, quizá por eso, ahora, disfrazan el pago del muro con la venta de misiles, esos que no veremos ni en desfiles del 16 de septiembre.

Ahí vienen los rusos, en su versión de Televisa, por cierto, asociada a RT (Rusia Today) de Moscú, a través de los tres porros de José Antonio Meade. El Nuño, “cara de bobo” destructor de la educación pública nacional. El comediante, Ochoa Reza, miembro del clan Itamita, el que aniquiló la CFE, previa jubilación millonaria, flotillero de autos en Uber, y por último, el más fiel expositor del PANPRI, recién incorporado, ex vocero de Francisco Labastida (quizá por eso perdió), y coparticipe  de los miles de millones de dólares del chino “copelas o cuello”, Calderonista de “hueso colorado”, peñista por añadidura, foxista por interés, “hueso de todos los caldos”, brabucón a lo imbécil, peleador callejero al estilo yunista, porro bipartidista.

Con estos ejemplares los nuevos ciudadanos, niegan al PRI con la finalidad de engañar a las buenas conciencias, intentando hacer creer que han abandonado al PRI corrupto y ahora se refugian en ciudadanos sin bandera, sumada con la bendición del nuevo Arzobispo Primado de Atlacomulco y el respaldo, nada incondicional, (recordemos la nota del Washington Post sobre  la derrama de más de 360 mil millones de pesos entregados, a los medios, del 2012 al 2017) entre ellos Televisa y sus mastines periodísticos.

La corrupción, que los araña y carcome en sus más letales entrañas, hizo que desaparecieran los cientos, miles de millones de dólares donados por artistas, futbolistas, actores y actrices, y miembros de la sociedad civil verdadera. Dinero destinado a los afectados por el sismo del 9/17 principalmente en ciudad de México, Oaxaca y Chiapas. Dinero que se esfumo en las enredadas marañas de las viles y cínicas corruptelas.

Algo parecido sucedió con las tarjetas, sin fondos, por cierto, rosas, rojas, azules repartidas, despiadadamente, en procesos electorales del 2012 y 2017, para la presidencia y gubernaturas del Estado de México y Coahuila.

Ahora son los plásticos BANSEFI, “La Comisión Nacional Bancaria y de Valores encontró irregularidades en el programa de tarjetas para los damnificados de los sismos de septiembre pasado. -Según la investigación, Bansefi, que dirige el “perro faldero” Virgilio Andrade, quién evaporó pruebas de corrupción en La Casa Blanca-  mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad contactó a damnificados cuyos nombres aparecen con más de 34 y 26 tarjetas cada uno. Cinco de los 11 damnificados ubicados, a cuyo nombre se emitieron entre 34 y 10 tarjetas, viven en comunidades marginadas de Chiapas y ninguno recibió tarjetas de más. “Yo no he recibido tarjeta…», asegura Manuel de Jesús Hernández Camacho, quien aparece con 26 tarjetas emitidas, en las cuales se depositaron 390 mil pesos”. (Reforma).

Y para rematar, solo de escándalos mediáticos de los primeros días de enero del 2018, el fraude de firmas de independientes, “al menos 28 aspirantes independientes incurrieron en un fraude sistemático en su proceso de recolección de firmas. El Instituto Nacional Electoral informó que de 65 aspirantes que obtuvieron los apoyos requeridos para sus candidaturas, 28 son investigados por recabar sus firmas de manera irregular e inclusive ilícita”. (Reforma). Lo dijo El Bronco son travesuras, pero fraude no.

Pero el problema no es nada más el uso fraudulento de las firmas, sino la compra/venta de padrones electorales a los candidatos para tal fin. No cabe duda, la corrupción no camina sola, ya   que siempre va acompañada por el gobierno, empresas, crimen organizado y medios afines.

Y como colofón. Ni perdón ni olvido apuntó Peña Nieto, en su mensaje, que pareciera una respuesta al precandidato Andrés Manuel López Obrador, quien hace unas semanas planteó la posibilidad de una amnistía, deformada por Televisa y los asalariados por los Pinos, Ciro Gómez Leyva, Ricardo Alemán y Pablo Hiriart, con la consigna de deformar la propuesta para combatir la violencia. Intervencionismo puro, de la figura presidencial, en los comicios del 2018.