La ruleta de la vida/La ciencia desde el Macuiltépetl

- en Opinión

Cada día nos jugamos la vida apostando a la ruleta rusa. Esta ruleta está dividida en casillas de dos colores: rojo y negro. Al inicio del día la ruleta gira y la bolita finalmente ocupa una de las casillas indicando, según el color de la casilla, si terminaremos el día con vida o si, por lo contrario, terminaremos muertos por cualquier causa. El número de casillas de cada color, cambia según  edad, sexo, nivel socioeconómico y la pertenencia al estrato urbano o al rural.

Bajo este esquema es posible abstraer un modelo matemático –probabilista- que permite calcular en todo momento cuál es la probabilidad de vivir, por ejemplo, menos de cincuenta años o vivir ochenta o más años. De este modelo se puede también estimar cuál es nuestra esperanza de vida, dado que pertenecemos a cierta población y tenemos cierta edad. La esperanza de vida es el promedio de años que viviremos, dadas las condiciones mencionadas. Es posible calcular la esperanza  de vida al nacer, o la esperanza  de vida al alcanzar los treinta años;  el promedio de años que nos restan de vida.

Según estadísticas del INEGI, en México, la esperanza de vida al nacer ha aumentado considerablemente; en 1930 las personas vivían en promedio 34 años; 40 años después en 1970 este indicador se ubicó en 61; en el 2000 fue de 74 y en 2016, 75.2 años.

Las mujeres viven en promedio más años que los hombres: en 1930, la esperanza de vida para las personas de sexo femenino era de 35 años y para el masculino de 33.
Al 2010 este indicador fue de 77 años para mujeres y 71 para los hombres, en 2016, se ubicó en casi 78 años para las mujeres y en casi 73 años para los hombres.

Todas estas estimaciones  se calculan a partir de datos sobre el número de muertes anuales, partiendo de un modelo matemático denominado “proceso de Poisson”.

Estos indicadores, por su naturaleza estadística, están sujetos a fluctuaciones y tienen que acompañarse de medidas de variabilidad, como la desviación estándar. Se cita entonces la media y el valor de esta desviación; el intervalo definido por el promedio más  y menos  dos desviaciones estándar, contiene aproximadamente al noventa y cinco por ciento de los individuos. Se puede interpretar como una probabilidad: suponiendo que, en el caso de nuestro país, la desviación estándar fuera de 1.5 años; entonces cualquier mexicano, varón, tiene, al nacer, una probabilidad de 0.95, de vivir entre 70 y 76 años, y habrá un cinco por ciento de esta población que vivirá menos de 70 o más de 76 años.

Un proceso de Poisson, también conocido como ley de los sucesos raros, es un proceso probabilista de tiempo continuo que consiste en contar estos eventos, aquellos que no ocurren con regularidad. Por ejemplo, el número de accidentes automovilísticos que ocurren en un crucero de calles por semana, el número de personas infectadas por algún virus, por  año, en una población determinada, etcétera.

Todas las mañanas al despertar nos levantamos con un revólver que nos apunta a la cabeza y que disparará o no una bala, dependiendo del resultado que marque la ruleta: si la ruleta, al detenerse, indica casilla roja el arma no disparará en todo ese día; si indica negro, entonces no estaremos vivos al final del día. Proceso gobernado por  probabilidades calculadas a partir del modelo de Poisson.

Cada día  apostamos en esta ruleta de  vida y muerte.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

 

 

Comentarios

¡Síguenos!

A %d blogueros les gusta esto: