Alguien en Palacio está preocupado por la renuncia de Ahued al Gabinete

Ricardo Ahued Bardahuil es el único político querido y aceptado por los veracruzanos. Por eso sus decisiones, acciones y declaraciones retumban en los pasillos del poder y provocan un halo de esperanza en grandes sectores de la sociedad que ven como Veracruz se hunde cada vez más gracias a los hombres que lo han gobernado: del saqueo priista de Fidel Herrera y Javier Duarte, al paso fugaz de Miguel Ángel Yunes resentido y elitista, terminando con el patético y mediocre Cuitláhuac García. Ven como una maldición que Veracruz no salga de la violencia, la mediocridad económica,  pobreza y la política basura.

Pese a su paso por el PRI, partido por el fue alcalde de Xalapa, diputado federal y local, el empresario supo mantener su posición crítica, sensibilidad hacia los más desprotegidos y deslindarse de ese partido en el momento oportuno. En el último año de diputado local votó en contra de las decisiones de Javier Duarte y se opuso al endeudamiento de la administración estatal.

Cuando terminó su periodo se alejó de la política y se concentró en sus negocios de venta de artículos de plástico y accesorios para dama. Pero su popularidad se mantuvo y siempre aparecía en las encuestas como mejor opción electoral y por eso Miguel Ángel Yunes lo invitó para ser abanderado del PAN como candidato a senador de la república pero la rechazó.  Morena, sin cuadros propios, lo buscó para el mismo puesto, al que aceptó y ganó.

Era pues el morenista electo mejor posicionado. Los fines de semana venía a Veracruz para atender a las cientos de personas que acudían a sus oficinas de gestión en el centro de Xalapa y sus declaraciones críticas a las administraciones municipales morenistas y la estatal incomodó a muchos pero más a Cuitláhuac García y a Eric Cisneros quienes disfrutaban de las mieles del poder mientras en Veracruz crecía la violencia, la pobreza y caía en una profunda crisis económica. Estos personajes se quejaron con AMLO de Ahued a quien acusaron de iniciar una campaña adelantada al gobierno de Veracruz y de “quitarles reflectores y no dejarlos gobernar”.

Andrés Manuel López Obrador necesitaba una persona honesta al frente de las Aduanas Generales del país gobernadas por mafias regionales  y usada por políticos de todos los partidos, por años, para el tráfico ilegal de mercancías y hasta de  drogas, bueno una verdadera “mina de oro” y coto de poder.  Los morenistas cercanos a AMLO de frotaban las manos, pero el presidente no se quería arriesgar.

Así que hizo una consulta con empresarios y potentados del país y todos le recomendaron a Ricardo Ahued por ser una persona honesta e “incorruptible” y  AMLO vio la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro: lo hizo a un lado de la carrera política veracruzana, lo acalló como voz propia en el Senado y tuvo a la persona idónea para limpiar la corrupción de las Aduanas. Y Ricardo Ahued tomó protesta de las Aduanas generales de México el 27 de mayo de 2019.

Ahued lo quiso hacer pero no lo dejaron, primero los morenistas del palacio de Veracruz le impusieron, vía gente del gabinete de AMLO, a dos ex duartistas, a Juan Manuel Velázquez Yunes y Oliver Aguilar Yunes en puestos claves de las Aduanas, como pago de favores. Y no tenía margen de maniobra pues las dirección de Aduanas no maneja recursos propios y todo lo concentra la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de la que depende. Bueno hasta para comprar papel de baño de las oficinas lo tiene que autorizar Hacienda.

No le autorizaban contratar a personas claves de confianza para que trabajara con él y le ayudaran en esta empresa titánica. Todo era impuesto. Ahí se dio cuenta que para tener recursos y maniobrar, sus antecesores tenían que pedir moches en la exportación e importación de mercancías y uno que otro negocio oscuro. ¿Qué no pasa por las Aduanas sin permiso en este país de la corrupción e ilagalidad?. El se negó hacerlo.

Recorrió el país y se dio cuenta de los cacicazgos y cotos de poder, quiso limpiarlas pero encontraba obstáculos y resistencias y uno que otro apoyo. Pero la gota que derramó el vaso de su paciencia fue la intención de AMLO de que la Marina se hiciera cargo de la vigilancia y control de todas las aduanas del país. Así que presentó su renuncia.  El ya se la aceptó por lo que Ahued regresará al Senado a partir del 1 de Mayo.

AMLO está calculando esta jugada inesperada inesperada en medio de la crisis por la pandemia del Covid-19. Sabe de la tormenta política que se le viene encina, no lo demuestra ni lo reconoce como buen tiburón de aguas profundas pues toda su vida ha vivido de ella. Sabe que no saldrá bien librado, ni mucho menos su partido Morena, de la crisis económica que se viene por sus erróneas decisiones, No inyectar recursos e empresarios ni a desempleados, no prepararse para la pandemia y su terquedad de seguir llevando a cabo sus proyectos insignias como el Tren Maya, Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucia. Sabe que es muy probable que perderá la mayoría en el Congreso federal pero también sabe que puede salvar la plaza Veracruz.

¿Reconocerá que es el momento de hacerle caso a Alfonso Romo y a los decenas de emisarios de Veracruz que le suplican intervenir para sacar al buey de la barranca, porque en Veracruz nadie quiera a su gobernador ni a la pandilla de pillos e inútiles con la que gobierna?.

En diciembre se cumplen dos años de que Cuitláhuac García es gobernador, dos años perdidos, pero pueden ser otros cuatro y AMLO no se va arriesgar. De acuerdo a ley local pasando dos años no tiene que llevarse a cabo elecciones para un cambio de gobernador. La decisión es de AMLO: si quiere recuperar el tercer estado más importante en votantes tiene que poner al político más querido y aceptado por los veracruzanos, pues el próximo año son elecciones intermedias donde se renovarán diputados locales y federales y presidentes municipales. Puede ganar una partida y las redes lo piden y un gran sector de los veracruzanos.