Los distractores

La visita de AMLO a Donald Trump fue otro gran distractor la semana pasada. Y ya suman casi 36 mil muertos por COVID solo en cifras oficiales...

La visita del presidente mexicano a Washington ha cumplido con varias funciones importantes.

Primero: Tender un puente de entendimiento con su homólogo norteamericano. Siempre es bueno mantener un diálogo con los vecinos, ya que ambos países tienen problemas y retos comunes que requieren soluciones conjuntas, no aisladas. El sentarse a dialogar es un acto de cortesía elemental que ayuda más que el seguir actuando como vecinos distantes.

Segundo: Intentar mandar un mensaje de confianza y tranquilidad a los inversionistas extranjeros, a quienes previamente las decisiones y comentarios imprudentes de algunos políticos y funcionarios de la izquierda hecha gobierno,  habían espantado y por eso  dudaban  invertir en México.

Hay que aclararles a estas  anticuadas personas, (me refiero a los socialistas que están en el poder), que hasta Rusia y China tuvieron que hacer a un lado su ideología y de manera pragmática debieron abrirse a la inversión y a la tecnología extranjera, para poder reducir los enormes rezagos que tenían. Tal parece que algunos políticos mexicanos no se han dado cuenta de que el mundo ya cambió, que el comunismo es un fracaso y que la igualdad que supuestamente promueve, al final sí la consigue,  porque la mayoría de la población queda sumida en la pobreza. En ese sistema la clase media desaparece y los acaudalados huyen del país. Claro, las cosas cambian tanto, que pronto surgen nuevos ricos.  (Los políticos en turno).

Bien dice el dicho: “Quien parte y reparte se queda con la mejor parte”  y más cuando lo que se reparte es lo ajeno.

Tercero: También sirvió la visita para mostrar una austeridad franciscana de nuestro presidente. Viajó en avión comercial y en clase turista. Así, mientras nos ahorra unos cuantos pesos, seguimos pagando millones por el avión presidencial mexicano parado y almacenado en un hangar de Estados Unidos. A eso se llama cuidar los centavos y descuidar los pesos.

No cabe duda que a veces la pobreza mostrada es simplemente conveniencia y propaganda política. ¿Cuánto nos ahorramos en el viaje y cuánto dinero público se está dilapidando en obras cuya rentabilidad está en entredicho?.

Para muestra un botón: Se han subastado a precio de remate miles de toneladas de acero del cancelado aeropuerto de Texcoco. (La empresa que lo compró como ganga, lo venderá seguramente a muy buen precio al mismo gobierno, porque dicha compañía está participando en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía).

Cuarto: Al presidente Trump le convino la presencia del  presidente mexicano, porque va abajo en las encuestas y el tono conciliador de su discurso puede atraerle el voto latino.

Quinto: Al presidente López Obrador le convino esa visita, porque durante una semana los mexicanos estuvimos entretenidos con el viaje y nos olvidamos un poco de  la epidemia, del desempleo, de la inseguridad y de la crisis económica.

Como el tema de la visita está agotándose y pasando a segundo término, ya empiezan a aparecer otros asuntos que nos servirán de distractores para los próximos días. La aprehensión en USA del ex gobernador César Duarte, la posibilidad de atrapar a Zerón de Lucio  en Canadá y el regreso a México de Lozoya. También la aparición de un pequeño fragmento de hueso de uno de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, entre otros temas más que están ya en lista de espera para mantenernos distraídos.

No cabe duda de que la propaganda y la estrategia de comunicación de la 4T es muy eficaz y marcha sobre ruedas.

Ojalá y esto mismo sucediera con la economía, la confianza, la salud y la seguridad.

No les parece a Ustedes?

Muchas gracias y un buen inicio de semana.

 

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