Querer es poder

Por fin la incógnita quedó despejada. Joe Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos, al resultar triunfador en unas elecciones tan competidas que tuvieron un final de fotografía y  mantuvieron en ascuas no solo a su país, sino a todo el mundo, porque nos guste o no, por su poderío económico y militar lo que pase ahí tiene repercusiones en otras naciones, entre ellas México por ser sus vecinos.

La llegada de Biden al poder, nos hace suponer que habrá un cambio de rumbo en la política norteamericana y concluirá la etapa donde desde la presidencia se alentaba el divisionismo, las descalificaciones, el enfrentamiento, las agresiones, las ocurrencias y la prepotencia.

Todo esto tiene varias interpretaciones:

Primero. El poder depositado en una persona tiene fecha de caducidad, no es para siempre.

Segundo: Ni con todo el poder que tiene el Presidente Trump pudo lograr la reelección. Tantos errores cometió, que al final se los cobró en las urnas el pueblo americano. En esto tuvo mucho que ver la enorme participación de la ciudadanía que acudió a votar masivamente. Sin lugar a dudas esta ha sido la votación más alta de la historia en esa nación.

Tercero: Cuando la ciudadanía participa con entusiasmo y decisión, logra cambios sustanciales que de otra manera no se conseguirían.

Cuarto: Esa enorme participación ciudadana no solo debe ser en el momento de ir a votar, sino de forma permanente para hacer oír su opinión, su voz y evitar que mareados por el poder que temporalmente se les confiere, los gobernantes pierdan el piso y terminen haciendo de las suyas.

Ojalá y nuestros políticos aprendan la lección y se ubiquen, para corregir el rumbo desde ahora. En sus manos está el cerrar su administración a tambor batiente o salir por la puerta trasera en medio de airados reclamos de la ciudadanía.

En el 2021 tendremos elecciones y con ello la oportunidad de cambiar en México lo que tampoco funciona.

Ojalá y los partidos estén a la altura y postulen candidatos de probada experiencia, capacidad sobrada y honradez a toda prueba.

Si no lo hacen así  y vuelven a mandar a los cuates, a los buenos para nada, a los que tienen fama de corruptos o a los parientes de quienes manejan el pandero, se provocará un escaso interés en ir a votar y seguiremos teniendo más de lo mismo, lo que continuará retrasando el despegue de México.

Ojalá despertemos, exijamos y participemos.

¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias y buen inicio de semana.