Hoy se cumplen 110 años del inicio de la Revolución Mexicana. Una contienda sangrienta, llena de claroscuros que todavía no alcanzamos a comprender, porque de acuerdo con sus impulsores ese movimiento lo organizaron para promover la libertad, la justicia y el mejoramiento del país, sin calcular el enorme costo que tuvo que pagar México por ello.
Murieron cientos de miles compatriotas. Se destruyó gran parte de la escasa infraestructura que teníamos y se provocó la ruina del país.
La revolución dejó a muchos compatriotas en la calle. El campo se despobló. Quienes pudieron huyeron al extranjero. El pueblo padeció hambre porque el campo quedó abandonado y arruinado.
Como en todo hubo idealistas, pero también vividores y rufianes que solamente fueron a “La Bola”, para ver qué pescaban en el río revuelto que ésta provocó.
Muchos revolucionarios que supuestamente luchaban contra la injusta distribución de la riqueza y el fin de los privilegios terminaron riquísimos. El verbo “carrancear¨ fue acuñado en clara alusión a los despojos que cometían los carrancistas y se convirtió en sinónimo de robar. Las frecuentes tropelías cometidas por todos los bandos hicieron que la justicia brillara por su ausencia.
Algunos de quienes exigían la desaparición de los latifundios se quedaron con las mejores tierras, volviéndose prósperos hacendados. Como decía López Mateos refiriéndose a la revolución: Hizo pobres a los ricos y ricos a los políticos.
La principal bandera enarbolada por los líderes revolucionarios era terminar con las constantes reelecciones de Don Porfirio y abrirle paso a la democracia. Por lo tanto, al dejar el poder el anciano dictador sus demandas principales quedaron atendidas.
Se culpa al presidente Díaz de provocar la revolución. Lo que no se dice es que él tratando de evitarle males mayores al país, renunció a la presidencia el 25 de mayo de 1911, saliendo al exilio 6 días después. Luego entonces, no pueden achacársele al presidente Díaz los excesos que tuvo la revolución, ni el enorme derramamiento de sangre que los mismos caudillos revolucionarios provocaron.
Fueron las ambiciones desatadas de éstos las que avivaron la hoguera y prolongaron la lucha revolucionaria durante 20 años más.
Para reemplazar a quienes morían o desertaban; las partes en conflicto reclutaban a personas de escasos recursos mediante el oprobioso sistema de leva, obligándolos a pelear para su causa. Muchos mexicanos fueron a combatir contra su voluntad, sin saber siquiera por qué peleaban.
Curiosamente los caudillos acabaron enfrentados y peleando todos contra todos. El poder los enloqueció. La mayoría terminaron asesinados por quienes antes habían sido sus aliados.
Como los revolucionarios necesitaban limpiar su imagen, para que los mexicanos olvidaran los excesos cometidos, convirtieron a Porfirio Díaz en el villano favorito de nuestra historia y elevaron a la categoría de salvadores de la patria a quienes bañaron al país en sangre.
Es cierto, al final hubo cambios positivos, pero el costo fue altísimo en vidas humanas y sufrimiento.
Sé muy bien que el hubiera no existe.
Aún así pregunto: ¿No habría sido mejor para el país que los mexicanos de entonces hubieran conciliado sus diferencias, sin tener que llegar a las armas?.
¿Cuánto dolor y sufrimiento pudo evitarse?.
Que esto nos sirva de experiencia para resolver nuestros problemas en paz y no repetir los mismos errores del pasado. También para no dejarnos manipular por quienes alientan el divisionismo entre los mexicanos para llevar agua a su molino político. Ellos terminan sembrando vientos para cosechar tempestades.
El problema es que los daños provocados por las tempestades los terminaremos padeciendo y pagando todos.
¿No les parece a Ustedes?.
Muchas gracias y buen fin de semana.
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