Inicio este artículo afirmando estar convencido de la necesidad de mejorar los ingresos reales de los trabajadores, para que ellos y sus familias puedan desarrollarse integralmente. Pero aclaro que los incrementos citados deben darse de acuerdo con la productividad y condiciones de cada negocio, porque de lo contrario podrán provocar el cierre de las micro y pequeñas empresas que no puedan pagarlos.
También harán que la inflación se vaya para arriba.
Hay que aclarar que los salarios mejoran por si solos cuando hay inversión productiva suficiente que genera una alta demanda de empleos.
En una economía boyante, si las empresas no pagan buenos sueldos, perderán a su personal, porque éste se irá a trabajar a otra donde le paguen mejor.
Si una economía está en auge, los aumentos de salarios se compensan con altos volúmenes de producción y ventas. Por lo tanto, los precios no suben, incluso bajan en muchos casos.
Recordemos cuánto costaba por minuto la llamada de celular hace 25 años y cuánto cuesta ahora. Lo mismo pasa con los boletos de avión. Hace 5 lustros eran prohibitivos y ahora en ciertos casos resulta más barato volar en avión que viajar en autobús. Los televisores a color hace 40 años eran carísimos. Ahora, cualquier familia puede adquirir el suyo.
Por cuestión de escala, una empresa exitosa que produce y vende altos volúmenes puede pagar mejores sueldos. Por el contrario, una empresa pequeña que con dificultades sobrevive, no podrá pagar buenos sueldos.
Lejos de entender estas reglas elementales, el gobierno mexicano ha decretado un aumento desproporcionado del salario mínimo, en plena época de crisis, cuando la economía del país va en picada y las perspectivas para el próximo año son bastante inciertas, con una epidemia fuera de control.
Mal momento para incrementar salarios, cuando las microempresas no tienen ingresos suficientes para pagarlos y además están en riesgo de desaparecer. Si con dificultades pagan los sueldos actuales; ¿cómo le harán para pagar los nuevos?.
Soy de la idea de que cada empresa debería de negociar con sus trabajadores el aumento de salarios. Algunos patrones podrían dar más y otros menos o incluso nada si existe el riesgo de que la fuente de trabajo se cierre por incosteable y con ello todos salgamos perdiendo.
A estas alturas, ya debíamos haber aprendido la lección sobre los incrementos dados sin sustento, por cuestiones político-electorales.
En esos casos, todos resultamos afectados, cuando se toman medidas atrabancadas.
El pensar que en 2021 recibirán los trabajadores más dinero produciendo menos, generará temporalmente una breve y falsa sensación de bienestar. La realidad es que todo subirá de precio en enero, incluyendo el transporte y los trabajadores quedarán igual o peor que ahora, porque en la carrera precios y salarios siempre ganan los precios.
Los aumentos que otorgados se pulverizarán rápidamente.
Dice Luis Pazos en uno de sus libros sobre economía que si los incrementos de salarios fueran la solución, ya no habría pobreza en el mundo; lo cual es cierto. La riqueza de las naciones se basa en la producción suficiente de bienes y servicios de calidad, no en la cantidad de dinero que imprime un gobierno y reparte entre los ciudadanos, haciéndoles creer que están en bonanza.
En Venezuela, los incrementos de salario son del 50% y aún así ese pueblo pasa hambre, porque el dinero no se come. Más dinero en circulación, con cada vez menos bienes producidos, solo genera hiperinflación, escasez y problemas sociales.
En las elecciones del 2021 está la solución para empezar a enderezar las cosas.
¿No les parece a Ustedes?.
Muchas gracias y una feliz Navidad.
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