Mediatizar conciencias, eje del discurso de odio

El Presidente Lópe Obrador vino a Veracruz este fin de semana al Puerto y realizó su conferencia mañanera en el Museo Naval.

 “Con habilidad política, el Presidente de la República transfirió al plano electoral de 2024 el revés que a su proyecto integral de Guardia Nacional (GN) le asestó la Corte al negar la transferencia de este cuerpo militarizado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y devolverlo a la instancia civil encabezada por Rosa Icela Rodríguez…. López Obrador anunció que en su sexto y último informe de gobierno (el primer día de septiembre de 2024, a un mes de dejar Palacio Nacional) presentará una nueva iniciativa con el mismo propósito de que la Guardia quede bajo control operativo y administrativo de la Sedena. El tabasqueño buscará incentivar a los electores a votar en abundancia en 2024 por las candidaturas de Morena y sus aliados al Congreso federal para que ahí se tenga la mayoría calificada que permita reformas constitucionales como la referente a la Guardia Nacional-Sedena. De hecho, el Presidente va sumando iniciativas y proyectos que ya no alcanzará a realizar en lo que resta de su administración, para que se agreguen de manera destacada al plan de campaña presidencial de 2024 que debería asumir quien logre la candidatura morenista”. (Julio Astillero. La Jornada).

Todo ello por el  contubernio de  grandes intereses imperiales del empresariado nacional y extranjero, de funcionarios del fatídico periodo neoliberal, de los medios de comunicación convencionales, prensa, radio y televisión, así como los oscuros beneficios de la alta jerarquía católica y sobre todo la pléyade de domesticados, comprados y asociados de analistas políticos, comentaristas, intelectuales orgánicos  y los clasemedieros arribistas y aspiracioncitas.

 

 

 

 

Todos ellos enlazados en la recuperación de un país devastado, saqueado, empobrecido, por ellos mismos.  Unidos en la manipulación de conciencias, en las noticias falsas, en el control mediático, en el apoderamiento de sermones de odio en pulpitos religiosos. Todo esto se identifica como el Discurso del odio. Mismo que predomina en cientos de miles de ciudadanos engañados, a lo que AMLO propone recuperarlos en la revolución de las conciencias, que en cada mañanera  promulga, ensalza, conduce, incita como una estrategia de comunicación de masas para informar y sobre todo concientizar a esa sociedad dispersa y atrapada en medios y templos.

El Centro de Reconocimiento para la Dignidad Humana (CRDH) del Tecnológico de Monterrey realizó un conversatorio con 2 expertos sobre Discriminación: discursos de odio y libertad de expresión. El diálogo tuvo la intención de definir hasta dónde o de qué forma se puede ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión sin cruzar la línea de los discursos de odio. Participaron Fernando Elizondo, profesor de derechos humanos, y Nora Picasso, abogada experta en dignidad humana, procesos penales y protección jurídica para personas en estado vulnerable. La libertad de expresión como derecho humano. Para Elizondo la libertad de expresión constituye un derecho humano reconocido internacionalmente, el cual abarca la libertad de expresar ideas y opiniones propias y difundirlas. También dijo que dicho derecho atribuye la facultad de “buscar, recibir y transmitir información de cualquier índole: “Incluye la posibilidad de emitir opiniones, ideas a través de cualquier medio; incluidos tatuajes, por ejemplo, pero también de recibir información”. Nora Picasso complementó que este derecho posee 3 facetas: Individual.- Decir los pensamientos y buscar información. Colectivo.- Para acceder a una sociedad diversa y democrática. Instrumental.- Para garantizar otros derechos como a la verdad, la justicia y o la reparación.

Discurso de odio como límite de la libertad de expresión: Según Elizondo y con base en lo establecido por la Suprema Corte de Justicia, los discursos de odio son aquellas narrativas “que incitan hacia la violencia”. Dicha situación, aclaró, puede ser “física, verbal, psicológica o cualquier otra forma de manifestación de violencia contra la ciudadanía en general”. “O contra determinados grupos caracterizados con rasgos dominantes históricos, sociológicos, éticos o religiosos”, añadió Elizondo. “El discurso de odio me parece un límite al derecho de la libertad de expresión… Es importante decir que los derechos humanos como tal nunca son absolutos”, destacó el profesor. En el caso del discurso de odio, son absolutos”, destacó el profesor. En el caso del discurso de odio, puntualizó el académico, hay una finalidad encaminada a generar un clima de hostilidad que puede manifestarse con violencia.

 

Vergonzosa manifestación de este odio se expresó en la ceremonia de entrega de la medalla Belisario Domínguez, otorgada a la gran novelista y periodista Elena Poniatowska.  Legisladores financiados por Claudio equis,  propició la entrada en escena de las panistas Kenia López Rabadán y Lilly Téllez. En particular, Téllez desplegó su rutina de estridencia buscadora de reflectores para abonar a su precandidatura presidencial opositora, quién  trató de provocar a televidentes, miembros del presídium y legisladores asistentes, con el ridículo y caricaturesco discurso de odio plagado de moches.

Así mismo, la débil, minúscula, flaca propuesta del Vamos y Si contra México, con el evidente financiamiento de grupo Kimberly Clark, al presentar a sus “corcholatas” que aspiran a la candidatura presidencial del 2024, todos ellos del adefesio del PANPRIPRD con un  aspirante “ciudadano”, aplaudidos por exfuncionarios y legisladores que aspiran a las plurinominales rescatadas, sin decoro, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El México que se mueve cada día es con el propósito de engañar, manipular, controlar a esa sociedad que aspira  para la recuperación de su pasado pleno de corrupción e impunidad.

Ese es el México que pretende consolidar la cuarta transformación, en este año y meses del presente gobierno y los periodos sexenales subsecuentes que deberán, con compromiso y responsabilidad asumir en el futuro inmediato.

¿Qué nos queda de las propuestas del Informe MacBride? ¿Ha cambiado el orden del mundo informático y de las comunicaciones? ¿Tiene sentido hoy el proyecto de renovación? La reclamación de un orden más justo, de intercambios de información más equilibrados, la exposición de las necesidades de infraestructuras comunicativas de los países del Sur y la afirmación del derecho a la comunicación que condujeron en un primer momento a los países miembros de la Unesco. Latinoamérica, África y Asia tienen la palabra.

 

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